La situación abierta con el gobierno de Milei trastocó todo el ritmo del conjunto de la actividad política de nuestra organización, que está al frente de cada conflicto y bajo ataque permanente.
Al calor de estos múltiples procesos de la lucha de clases y de vanguardia que han tenido avances y retrocesos, se han ido redefiniendo y transformando nuestro rol en la realidad política nacional, nuestras “viejas” agrupaciones en el movimiento estudiantil y la clase trabajadora, con el surgimiento de nuevas como Jubilades (PTS e independientes) –emblema de la resistencia– o el impulso de la prestigiada Posta de Salud, del CeProDH, o Pan y Rosas, pero también la propia militancia y la dirección del PTS, renovada con una nueva generación de dirigentes de la Juventud del PTS. El reconocimiento de nuestros diputados y referentes públicos como Nico, Myriam, Chipi, Ale, Luca –como producto de la lucha universitaria–, entre muchos otrxs en el país; no solo por su rol en el parlamento, sino especialmente en la lucha extra parlamentaria, trasciende ampliamente el público de la izquierda, y ha pegado un salto, con las repercusiones de nuestra posición principista frente a los avances antidemocráticos y reaccionarios del régimen con la proscripción de Cristina Kirchner, no solo en los medios sino en los lugares de trabajo y estudio.
En todo este proceso estamos atravesados por la tensión de buscar incidir en la realidad política y de la lucha de clases, y la preparación activa poder hacer frente a posibles cambios bruscos de la situación, apostando a construir una gran fuerza política de la clase trabajadora, anticapitalista y socialista que es, necesariamente, una tarea colectiva a la que queremos invitar a sumarse a quienes simpatizan con la izquierda, a quienes protagonizan la resistencia, a quienes buscan una salida frente a la encerrona histórica a la que nos ha llevado el régimen del FMI y un capitalismo mundial cada vez más decadente, y a aquellos y aquellas que militan con nosotros en el Movimiento de Agrupaciones Clasistas y en la Red Nacional de agrupaciones estudiantiles En Clave Roja, entre otras.
Como parte de esta batalla, estamos organizando agrupaciones en los lugares de trabajo y estudio que tengan capacidad de movilización e intervención con el activismo e influencia política y social en la base. De no hacerlo estaríamos construyendo un partido con impronta electoralista e influencia dispersa, aun si esto implicara más militancia y fuerza “en las calles”. Nuestra apuesta es lograr influencia concentrada, estructural y no difusa, atomizada. El trabajo territorial desarrollado por ejemplo a partir de la intervención en las asambleas barriales, las casas culturales, la influencia vía redes (comunidades de Whatsapp, IG, etc.) o más partidariamente las asambleas abiertas del PTS, tienen que estar orientados a fortalecer esas agrupaciones para poder disputar la dirección de sectores del movimiento obrero (sindicalizado y no sindicalizado) y del movimiento estudiantil en la medida que se agudice la lucha de clases.
Desde que publicamos los documentos de balance y el artículo sobre “partido, vanguardia y masas”, nuestro partido está atravesado por una intensa actividad. En forma sumaria: en la emblemática lucha del Garrahan, contra los despidos en Secco, en Stani-Georgalos, en la organización de la pelea en el Astillero Río Santiago, en paros docentes como en la UEPC de Córdoba, SUTEBA, ATEN Neuquén, etc., en el Ingenio Ledesma, en las calles todos los miércoles con les jubilades, enfrentando el ataque a Zanon y a las gestiones obreras, peleando por la ley de expropiación de Madygraf, realizando una gran campaña en las universidades por una tercera marcha en defensa de la educación, entre muchas otras. En todos los casos, enfrentando a las burocracias, y en algunos importantes conflictos a la política conservadora de sectores de la propia izquierda. Participamos en elecciones sindicales como las de ATEN Neuquén, en Foetra Bs As, en elecciones universitarias y de terciarios en varias provincias.
Realizamos diversas actividades el 1ro de mayo, la más importante fue el Encuentro de Ferro que mostró la potencia de la unidad obrera estudiantil y una alta calidad de dirigentes que reflejan los diversos procesos de lucha y organización, a la vez que nos permitió relanzar nuestras agrupaciones obreras y estudiantiles.
En los lugares donde hemos sufrido derrotas y duros ataques patronales, estamos llevando adelante todo tipo de actividades contra los despidos discriminatorios y campañas nacionales solidarias a fin de lograr la reinstalación como en las fábricas Shell/ Raizen, Volkswagen, PyG y Pilkington. Venimos de actividades similares en la defensa de lxs despedidxs estatales nacionales.
También dimos una dura pelea política en las elecciones de Jujuy y CABA, además de las de Santa Fe y Salta. Realizamos la presentación del libro Zurda, que tuvo un alto impacto en sectores amplios de la cultura y contó con la presencia de diversas personalidades políticas. Impulsamos jornadas de la juventud por Gaza que estamos redoblando y aportado al internacionalismo militante con el exitoso viaje de Myriam Bregman a Europa (ver resolución internacional). Organizamos actividades partidarias con miles de compañerxs, como el acto/festival de la juventud de La Plata, el festival de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, nuestrxs compañerxs han sido parte del impulso de la Asamblea Abierta de Intelectuales y Artistas de Izquierda, entre muchas otras. Hemos hecho balances de cada una de estas intervenciones, pero más allá de aciertos o errores, la militancia del PTS y sus principales referentes llega al XX Congreso con nuevas experiencias en múltiples procesos al mismo tiempo que debatiendo no solo sobre la situación internacional y nuestro internacionalismo, o sobre la situación nacional, sino problematizando sobre qué fenómenos actuamos y cómo avanzar como partido en la influencia de nuestro programa, en la organización de agrupaciones amplias y en incorporación de compañerxs al PTS.
Cómo se compone nuestro partido hoy
El PTS cuenta con tres niveles de organización: la militancia estrictamente partidaria, las agrupaciones (que casi duplican en cantidad esa militancia) y sectores clasistas en el movimiento obrero y políticamente afines en la universidad, secundarios y terciarios. Además, tenemos relación e influencia en un sector más amplio de personas que va desde quienes tienen una participación más esporádica en nuestras actividades (campañas electorales, movilizaciones y en distintos eventos), hasta lxs lectores regulares de LID, que comparten posteos en las redes de nuestrxs referentes públicos y de La Izquierda Diario, que son decenas de miles.
De estos tres niveles, hemos avanzado en tener agrupaciones más militantes sobre todo en la juventud, pero también en docentes y salud, además de trabajos nuevos y dinámicos como jubiladxs, de la cultura y –aunque con más desigualdades–, en servicios y transporte. En la industria, a pesar de que la situación es más difícil, dados los ataques patronales avalados por la burocracia sindical, y los duros ritmos de trabajo, hemos avanzado en la organización de agrupaciones. En varias zonas, contamos con compañerxs organizadxs en las Asambleas Permanentes en distintas localidades. No son aún, en muchos casos, agrupaciones con funcionamiento sistemático y con nuevxs dirigentes, pero estamos mucho más cerca de este objetivo que hace un año atrás.
La clave es que las agrupaciones o sectores que organizamos tengan la ambición de llegar a la base de las estructuras con todxs los medios disponibles de agitación política, actividades sociales y culturales, etc., y donde sea posible superar a las burocracias estudiantiles y del movimiento obrero. Esta búsqueda debemos hacerla siempre a partir de los sectores de vanguardia o avanzados, que incluye la “unidad de acción” con otras corrientes de izquierda, sectores antiburocráticos y activistas independientes que no necesariamente comparten el programa de nuestras agrupaciones. Más aún, debemos explorar en cada caso que sea posible que las agrupaciones sean capaces de crear «instituciones de vanguardia» amplias. Esto es esencial no solo para llegar de forma sistemática a la base de lugares de trabajo y estudio o sindicatos, sino también para imponer el frente único a las burocracias. Esto implica articular de manera creativa las demandas democráticas, económico-sociales más básicas, la defensa del salario, el cuestionamiento al pluriempleo y la precarización de la vida, los ataques a la salud y a la educación públicas y a la ciencia y la cultura, con la defensa de los valores de la solidaridad y la lucha colectiva contra la desmoralización derrotista y el individualismo adaptado a los intereses del gran capital. Todo dirigido a impulsar la resistencia para crear las condiciones de la contraofensiva y defender un plan propio de y para el pueblo trabajador opuesto no solo a la derecha sino también al peronismo en sus distintas variantes, todas integradas al régimen del FMI y los grandes empresarios. Este programa requiere pelear por recuperar los sindicatos, comisiones internas, centros de estudiantes y organizaciones sociales para que funcionen de forma democrática, con libertad de tendencias, y estén al servicio de la lucha y la coordinación con otros sectores. Para esto es indispensable promover toda forma de autoorganización de la clase trabajadora y los sectores populares
Un déficit que hemos tenido en cuanto a la organización de las agrupaciones,ha sido el no centralizar nacionalmente con materiales comunes para ser distribuidos en el activismo y la base, al menos la rama universitaria (Red Nacional En Clave Roja) y docente (Corriente Nacional Docentes 9 de Abril-Lista Marrón). Hemos publicado resoluciones y materiales comunes, pero no estamos organizadxs como ramas nacionales con coordinación cotidiana. En Salud, terciarios, entre otros sectores, se nos plantea el mismo problema.
Más allá de este nivel agrupacional, nuestra organización está rodeada de miles de trabajadorxs y jóvenes que simpatizan con las ideas de la izquierda, que comparten aspectos de nuestro programa y tienen un gran reconocimiento por nuestro rol en la lucha de clases y nuestros referentes públicos, que participan de distintas iniciativas o movilizaciones en forma más esporádica. Parte de estos sectores vienen del peronismo y se acercan a nuestro partido como un canal para luchar y organizarse; con ellos es clave discutir seriamente pero sin sectarismos nuestra perspectiva al calor de experiencias comunes, como en este momento frente a los ataques proscriptivos del régimen.
Como ya planteamos en artículos y documentos, queremos insistir en la importancia de la relación entre la actividad militante y de las agrupaciones con la vida cotidiana de lxs trabajadorxs, pero también de lxs jóvenes, en el sentido de lo señalado por Trotsky en el artículo arriba citado: “Nuestros camaradas organizan mítines, distribuyen panfletos y participan en manifestaciones, pero al finalizar los actos, los obreros vuelven a sus hogares y nuestras consignas se pierden en el aire. No hemos construido puentes sólidos con sus luchas diarias, sus fábricas o sus sindicatos. Así, cada acto termina en un callejón sin salida: nosotros nos quedamos solos, y ellos regresan a la rutina que el reformismo controla”.
Desde el punto de vista de la incorporación de nuevos militantes, desde la conferencia de organización de Junio del 2024, comenzamos a avanzar con una nueva camada de compañerxs aunque, al mismo tiempo, un pequeño sector ha dejado la militancia por diversos motivos. El resultado es un crecimiento de nuestra fuerza total, aunque limitado. Esto no quiere decir que no haya desigualdades en nuestra organización, que tienen que ver con los diferentes ritmos de la lucha de clases y fenómenos políticos, las posiciones conquistadas y las responsabilidades que implica, la extensión y acumulación partidaria, entre otras cuestiones. Esto en el marco de los límites objetivos del desarrollo de los sectores de vanguardia o avanzados, y de que convencer de nuestra estrategia revolucionaria sigue siendo contra la corriente, lo que no quiere decir que no haya contradicciones en nuestra práctica política, que abordamos en el documento de balance. En el pre-congreso se han expresado múltiples aportes y posiciones sobre los aspectos que nos impiden avanzar como partido, algunos de los cuales intentamos responder en el conjunto de las resoluciones que publicamos.