La victoria de Boca sobre Barracas Central por 1 a 0 en La Bombonera le permitió al equipo de Fernando Gago alcanzar la cima del Grupo A del Torneo Apertura. Fue una noche con sabor a alivio, con el rugido incondicional de los hinchas de fondo y un dominio claro del Xeneize, al menos durante la primera mitad. Sin embargo, lejos de quedarse con la euforia del resultado, el técnico no esquivó la crítica y dejó en claro cuál es, a su entender, la gran cuenta pendiente del equipo: sostener la regularidad fuera de casa.
“Nos hacemos muy fuertes jugando en nuestra casa, con nuestra gente. El equipo tiene una buena racha de victorias, pero tenemos que conseguirlo de visitante”, remarcó el DT xeneize, sin vueltas, en la conferencia de prensa posterior al encuentro. El mensaje fue directo y cargado de sentido: Boca se vuelve una fortaleza cuando pisa el césped de la Bombonera, pero todavía no logra replicar ese nivel cuando juega lejos de su templo.
En una noche en la que el Xeneize dominó el trámite, especialmente en el primer tiempo, el gol de Rodrigo Battaglia —tras un preciso centro de Lautaro Blanco desde la izquierda— sirvió para destrabar un partido que había comenzado más parejo de lo esperado. Boca encontró espacios, movió la pelota con fluidez por momentos y logró romper la defensa del equipo de Rubén Darío Insua. Pero en el complemento, el equipo volvió a mostrar algunos síntomas de retroceso: menos claridad, menos tenencia, menos profundidad.
“En el primer tiempo sabíamos que teníamos el control del juego para encontrar el espacio. Desde el sector izquierdo, con Exequiel (Palacios) y Lautaro (Blanco), y así vino el centro del gol. Nos faltó más eso en el segundo tiempo, tener más control sobre el juego, en el partido, jugar al ritmo que queríamos nosotros, en una posición más alta”, analizó Gago.
La autocrítica no se detuvo allí. Sin dramatizar ni exagerar, el DT remarcó que el equipo aún tiene mucho por mejorar, incluso en las victorias. “Todos los partidos sirven para mejorar cuando se gana y se pierde, para crecer futbolísticamente. Nos faltó calma y precisión, que sí la tuvimos en el primer tiempo. Hay que tener más paciencia para encontrar las situaciones de juego”, señaló.
Otra de las polémicas de la noche fue el gol anulado a Edinson Cavani. El delantero uruguayo había marcado un tanto de tijera luego de acomodarse con categoría en el área rival, pero el árbitro Fernando Echenique lo anuló por una supuesta infracción sobre el arquero Marcos Ledesma. Cavani, furioso, protestó con vehemencia. Sin embargo, desde el VAR no consideraron que la jugada ameritara ser revisada ni corregida.
“La vi en el partido y la vi rápido recién, queda a criterio de cada árbitro. Yo no hablo del árbitro”, fue la escueta respuesta de Gago al ser consultado por la jugada y la decisión de Echenique. El técnico eligió no profundizar, aunque sus palabras dejaron entrever cierta resignación frente a una decisión polémica que podría haber cambiado el desarrollo del encuentro.
Respecto al rendimiento de algunos jugadores puntuales, el entrenador destacó la actuación de Carlos Palacios, quien volvió al equipo titular tras haber sido marginado en el partido ante Newell’s por ausentarse a una práctica. “Es un jugador que te da mucho en tres cuartos para adelante. En el primer tiempo lo hicimos bastante bien. Sabemos lo que puede dar en el pase final y en el uno contra uno”, explicó. También justificó la elección del doble nueve, con Cavani y Milton Giménez, ante un rival que planteó una línea de cinco defensores con tres volantes centralizados. “Tanto Milton como Edi te fijan las posiciones”, afirmó.
Pese a que Barracas Central tuvo pocas chances de gol —la más clara, un error defensivo de Boca que casi aprovecha Nahuel Barrios en el segundo tiempo—, el resultado terminó siendo ajustado. En ese contexto, Gago insistió en la necesidad de recuperar el control y la calma para cerrar los partidos con mayor claridad. “Hoy lo tuvimos 45 minutos, donde encontramos la zona donde atacarlo, eso buscamos hoy. En el segundo tiempo no tuvimos ese juego de tener el control del juego, no solo del partido”, reflexionó.
En el horizonte cercano aparece un nuevo desafío: Belgrano en Córdoba. Un rival siempre duro en un estadio complicado, ideal para que Boca empiece a saldar esa deuda que Gago remarcó con insistencia: “Tenemos que conseguirlo de visitante”. Después, claro, se vendrá el Superclásico ante River en el Monumental, un duelo de alto voltaje en el que no hay margen para la tibieza, y mucho menos para la irregularidad.
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