El revés de la Corte Suprema a la asunción de Ariel Lijo como nuevo miembro puso a la oposición a contar los votos en el Senado para rechazar su pliego y dejarlo definitivamente fuera de carrera, un plan que incluye también a Manuel García Mansilla, el otro juez designado por el decreto del presidente Javier Milei, y que ya activó negociaciones entre kirchneristas y dialoguistas.
Para aprobar un pliego de designación de juez de la Corte se necesita una mayoría de dos tercios. Por lo tanto, si los que se oponen logran reunir un tercio más uno, se concreta el rechazo. Es decir, que alcanzarían 25 votos sobre los 72 que integran el Senado para frustrar cualquier nominación.
Según fuentes del kirchnerismo y de la oposición dialoguista consultadas por iProfesional, varios creen que ese número ya está asegurado o que, en el peor de los casos, están muy cerca. La idea de Unión por la Patria es pedirle a la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, una sesión especial para la próxima semana con el fin de tratar los dos pliegos.
No obstante, entre los senadores que quieren rechazar los pliegos -una postura que es transversal porque el tema genera divisiones en todos los bloques- todavía no hay una estrategia común. El desencuentro pasa principalmente por García Mansilla, que a diferencia de Lijo no tiene dictamen de comisión para ser votado en el recinto y ya juró como miembro de la Corte.
Según pudo averiguar iProfesional, hay contactos entre referentes de Unión por la Patria y radicales críticos del gobierno de Milei para ver si pueden acordar que el pliego de García Mansilla tenga dictamen -aunque sea favorable- en los próximos días para llevar los dos al recinto y rechazarlos juntos. No obstante, la otra diferencia pasaría por quién pide la sesión, dado que los dialoguistas son reacios a aparecer jugando en tándem con el kirchnerismo.
¿Cuántos votos tendría la oposición en el Senado para dejar a Ariel Lijo afuera de la Corte Suprema?
La decisión de la Corte de no aceptar el pedido de licencia que presentó Lijo en su juzgado de primera instancia para asumir «en comisión» -esto es por decreto del Ejecutivo- lo dejó obligado a renunciar, una opción que según trascendió no lo seduce porque si el Senado finalmente rechaza su pliego se quedaría sin nada.
En ese contexto, un grupo de senadores de la oposición aceleró el plan de llevar el dictamen de la Comisión de Acuerdos al recinto para voltearlo definitivamente. Más que un rechazo al juez federal por los numerosos cuestionamientos que recibió su nominación, sería una respuesta política al accionar de Milei, que justificó las designaciones por decreto con que el Senado no resolvió el tema.
En Unión por la Patria estiman que de los 34 senadores que conforman el interbloque, alrededor de 20 «están decididos a votar en contra de los dos pliegos, el de Lijo y el de García Mansilla», según confirmó una importante fuente del espacio a este medio. Los otros 14 responden a los gobernadores peronistas que a fines del año pasado mandaron a firmar el dictamen favorable para el juez federal y apoyar su desembarco en la Corte.
Consultado sobre el tema, uno de los senadores de esa bancada indicó que quieren avanzar aunque vuelva a quedar en evidencia la división del peronismo entre los fieles a Cristina Kirchner y los alfiles de los jefes territoriales. La razón es sencilla: creen que con esa cantidad de votos no les sería tan difícil encontrar los otros cinco para coronar la jugada.
De los 13 senadores de la UCR, el fueguino Pablo Blanco y la santafesina Carolina Losada ya hicieron público su rechazo a la candidatura de Lijo, mientras que en el PRO el entrerriano Alfredo de Ángeli y el cordobés Luis Juez también están en contra. Algunos también miran de reojo a la porteña Guadalupe Tagliaferri, cercana a Horacio Rodríguez Larreta, como un posible voto en contra. La aliada del PRO Cármen Álvarez Rivero también votaría en contra.
En cualquier caso, otro que rechaza el pliego de Lijo es el formoseño Franciso Paoltroni, expulsado del bloque La Libertad Avanza precisamente por criticar públicamente al influyente asesor presidencial Santiago Caputo por la nominación del polémico juez federal para la Corte.
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De esta forma, si no hubiera sorpresas, los votos para rechazar el pliego de Lijo estarían asegurados. No obstante, algunos senadores desconfían sobre las verdaderas intenciones de voltear al juez federal, conocido por sus múltiples vínculos políticos.
Si estuviera el número para rechazar el pliego de Lijo, también estaría para voltear el de García Mansilla, pero este caso es más complejo porque su pliego ni siquiera tiene dictamen de la Comisión de Acuerdos para llegar al recinto.
Si la oposición pidiera sesionar la semana próxima en estas condiciones, necesitaría una mayoría de dos tercios para habilitar el debate del pliego del juez al que, a diferencia de Lijo, la Corte Suprema ya le tomó juramento. Sin embargo, los dialoguistas que participan del plan creen que es mejor darle dictamen de comisión.
Los cuatro senadores kirchneristas que integran la Comisión de Acuerdos están dispuestos a firmar solo para que el pliego tenga dictamen y quede en condiciones óptimas para llegar al recinto y rechazarlo, pero entre los dialoguistas hay dudas. Dos fuentes parlamentarias consultadas por iProfesional señalaron que «falta una sola firma».
Según pudo averiguar este medio, sería la de Martín Lousteau, presidente de la UCR y uno de los senadores radicales más críticos del Gobierno. Por estas horas hay senadores que intentan convencerlo de estampar su rúbrica en el pliego de Mansilla y dejar el terreno preparado para rechazar los dos pliegos, de ser posible, la semana próxima.
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A la estrategia opositora le queda un obstáculo más y es que no hay acuerdo sobre qué sector debería pedir la sesión especial. Para forzar a Villarruel a lanzar esa convocatoria se necesita que el pedido lleve la firma de cinco senadores.
Todos miran a la bancada de Unión por la Patria, pero en el kirchnerismo hay quienes quieren que los senadores del PRO y de la UCR que se oponen a la designacion por decreto de Lijo y García Mansilla se sumen. Esos legisladores, en tanto, son reacios a aparecer como socios del kirchnerismo en la jugada.
Esa pulseada complica la estrategia pero varias de las fuentes consultadas por este medio confían en que «se resolverá». Mientras tanto, la Casa Rosada dejó trascender que no retirará el pliego de Lijo aunque el escenario se complique y que sostendrá su defensa sobre la designación por decreto de García Mansilla.
El Gobierno insiste en que el académico ya juró como juez de la Corte y su nombramiento «en comisión» dura hasta el 30 de noviembre incluso si el Senado rechaza su pliego antes, pero la oposición afirma que si se da esa situación García Mansilla deberá dejar su lugar en el máximo tribunal.
Se abriría así una batalla de interpretaciones sobre la Constitución y los antecedentes, que hay pocos. Ante una consulta sobre este este tema, un experimentado operador parlamentario soltó: «Si se arma esa pelea, va a tener que resolverla la misma Corte, pero Mansilla se va a tener que excusar».
El revés de la Corte Suprema complicó al Gobierno en el Senado
Si bien el final de esta historia todavía está abierto, la oposición ve que el Gobierno tiene poco margen para resistir si el kirchnerismo y los dialoguistas convocan a la sesión especial y reúnen los 25 votos que sepultarían las nominaciones de Lijo y García Mansilla.
Como contó este medio, en los despachos del oficialismo y sus aliados esperan que sea el Ejecutivo el que defina la estrategia para sostener los nombramientos, lo que implica casi un reconocimiento de que el escenario en el Senado se les puede complicar en los próximos días.
Así, la decisión de la Corte Suprema de demorar la asunción de Ariel Lijo en el máximo tribunal los puso tanto a él como a Manuel García Mansilla en una situación complicada dentro del Senado, donde la oposición ya se esperanza con reunir los votos suficientes para rechazar ambos pliegos, mientras busca el acuerdo final para avanzar.