viernes, 7 febrero, 2025
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El último impacto de Alberto Melián: Sería bueno que los boxeadores argentinos tengan un poco más de huevos y se hagan respetar

Los 33 grados que marca el termómetro amenazan con derretir el cemento de Buenos Aires. Sin embargo, no son suficientes para alterar la rutina diaria del humilde gimnasio del club Flores Sur, ubicado en la calle Arrotea 951. Allí una decena de pibes saltan la soga y hacen bailotear las bolsas a puro jabs y cross. Y en el medio de ese enjambre de cuerpos menudos soñadores, se escucha la voz de Alberto Melián, que replica con un chistido las combinaciones que se estrellan en la manopla que sujeta su técnico Carlitos Martínez. Tal vez, con algo menos de potencia que en sus comienzos, pero con igual entusiasmo y hasta con la misma cuota de anonimato que esos soñadores que vienen de abajo. “Los campeones salen de estos lugares, no de los eventos de youtubers”, lanza, como un verdadero referente que lucha a cara descubierta por el bienestar de sus colegas y el boxeo argentino. Porque al muchacho no le atraen las luces de la fama; su lucha es otra.

Para muchos, Melián constituye todo un ejemplo de coherencia y sensatez. Otros no dudan en calificarlo como alguien rebelde y problemático. No faltan quienes descreen de su personalidad aparentemente cristalina, ni tampoco aquellos que lo señalan y censuran por plantarse a defender sus intereses profesionales. A él poco le importa lo que digan los demás. Es feliz siendo como es y no se arrepiente de haber sacrificado sus privilegios de promisoria figura por no traicionar sus convicciones. “Es el último gran esfuerzo, después quiero trabajar a fondo para cambiar algunas cosas del boxeo argentino”, señala Impacto, apenas comienza el diálogo con LA NACION, dejando entrever que el combate que afrontará el próximo 15 de febrero ante el chubutense Maximiliano Robledo, en el estadio de la FAB, marcará su retiro de la práctica profesional de boxeo.

Alberto «Impacto» Melián en el gimnasio donde prepara su última pelea como profesionalPilar Camacho

—¿Por qué estás pensado en retirarte?

Estoy cansado de los manejos oscuros que hay, de las trabas que existen para los que defienden sus intereses. Yo siempre quise pelear con los mejores, me brindé por el espectáculo, nunca dije que no a una pelea por cuestiones boxísticas. Si la propuesta era buena, iba para adelante sin problemas. Pero en los últimos años me tocó estar planchado por tratar de hacerme respetar. Sin todas esas cositas externas a mis ganas, nunca hubiese pensado en dejar a los 35 años. Desde lo boxístico y lo físico me siento siempre muy bien.

—¿Quiénes son los que manejan el boxeo argentino y te cancelaron?

No tiene sentido decir nombres. Todos saben quiénes manejan el negocio en el boxeo argentino y con quiénes tuve problemas. Personalmente estoy muy tranquilo porque siempre les dije las cosas de frente a todos. Algunos me entendieron y otros se enojaron y me catalogaron de problemático. Yo siempre traté de manifestar que el boxeador no debe ser tratado como un empleado del promotor, tiene que opinar y hacerse valer. Porque somos nosotros los que ponemos la cara y convocamos a la gente. Pero bueno, mucho no sirvió.

Alberto «Impacto» Melián planifica terminar el secundario y estudiar gestión deportiva para ayudar a quienes se inician en el boxeoPilar Camacho

—¿Por qué crees que no sirvió?

—Yo no soy quién para meterme en el bolsillo y las necesidades de otros, pero muchas veces pasa que uno dice que no a una propuesta y otros por dos monedas se prenden. Sería bueno que los boxeadores argentinos tengan un poco más de huevos y se hagan respetar. Nos falta solidaridad entre colegas. De la única manera que esto puede cambiar es trabajando unidos.

—¿Por qué no hay unidad entre los boxeadores?

Porque están todos por negocios. Nadie quiere trabajar gratis. Cuando tirás una propuesta para armar algo, lo primero que te dicen es “cuánto hay”. Se matan por la guita. Lamentablemente, no hay un referente en el cual se pueda confiar. Las empresas o personas que están en condiciones de aportar algo no lo hacen por los que están. Estamos en un problema.

El boxeador Alberto «Impacto» Melián ultima su preparación para la última pelea como profesional, que será el próximo 15 de febrero en la Federación Argentina de Box (FAB)Pilar Camacho

—¿Tu rebeldía conspiró contra tu carrera?

—Puede ser. Desde el momento que aparecía mi nombre para enfrentar a boxeadores de determinadas promotoras, preferían no llamarme por no querer negociar. Te voy a hacer honesto: cuando me fui a EE.UU. me ofrecieron tres boxeadores para pelear, uno malo, uno regular y otro bueno. ¿Cuál te pensás que elegí? Si hubiese peleado con el regular o el malo hoy sería campeón mundial. Lamentablemente, el promotor no lo entiende así: ven al boxeador como la posibilidad de hacer su negocio.

—¿Qué tanta responsabilidad tienen los promotores del momento del boxeo argentino?

Mucha, como también la tienen los dirigentes, los boxeadores, los técnicos y los periodistas. Hay promotores que no conocen a sus boxeadores. Yo acompañaba a mi papá al gimnasio y estaban todos. Ahora levantan el teléfono y te preguntan si estás para pelear tal día y te corren con la plata. Total, si le pedís más, llaman a otro. Ellos solo se acuerdan del boxeador para cubrir una cartelera. Nunca te preguntan si necesitás una mano con las vitaminas o el médico.

Alberto «Impacto» Melián, durante la entrevista con LA NACION antes de su última pelea como profesionalPilar Camacho

Melián no demuestra solo con palabras el compromiso por mejorar la situación del boxeo argentino, sino también con hechos, dando clases de boxeo en el Barrio 20 de Lugano, recorriendo los gimnasios y promoviendo acciones solidarias en diferentes villas y cárceles. Junto a otros técnicos creó la Asociación Boxeo Semillero Argentino y organizan veladas fiscalizadas por la FAB con el objetivo de promover la competencia y utilizar al boxeo como instrumento de socialización para jóvenes. “Todos tenemos más o menos el mismo origen, no hay que olvidarse de eso. Por eso me gusta dar una mano a los que recién empiezan. Lamentablemente, los últimos abanderados de este deporte no ayudan al boxeo como sí lo hacen los consagrados de otros deportes”, reflexiona Alberto, que hace unos meses recibió un reconocimiento de la Asociación Mundial de Boxeo por su labor en los barrios.

—¿Cómo se cambia esta realidad?

—Sería bueno que los grandes campeones que nos quedan en el boxeo argentino se involucren más y acompañen la gestión de Luis Doffi como presidente de la FAB. Me da mucha pena escuchar a un ex campeón mundial decir que los influencers con sus eventos ayudan al crecimiento del boxeo y que los pibes quieren ser boxeadores por ellos. Baja un discurso mentiroso. Los boxeadores no necesitamos nada de los influencers, necesitamos de vos, hermano, que recorras los gimnasios y les des consejos a los pibes para que mejoren. Preguntales a los chicos que están acá si son boxeadores por eso o son boxeadores porque tienen sueños, necesidades y hambre de gloria.

—¿Por qué pensás que este tipo eventos no ayuda al desarrollo al boxeo?

Porque ellos hacen su negocio con sus seguidores. No tienen interés en que los boxeadores profesionales combatan en sus eventos y pagarles con lo que ellos generan. Su público no es el público de nuestro boxeo. El día que salga un campeón mundial y diga que se hizo boxeador por esto, les doy la mano y los felicito.

El rechazo de algunas ofertas del exterior insuficientes, el cierre del Luna Park, donde fue ovacionado, su fama de problemático y una inactividad de más de 11 meses hicieron suponer a muchos que, para Alberto Melián, las batallas de los puños habían terminado en el mismo momento que perdió con el mexicano Brian Acosta, el 6 de abril de 2024, en Aguascalientes, México. Sin embargo, la propuesta de enfrentar al chubutense Robledo lo sedujo a emprender la vuelta e intentar tener un cierre digno. “En la FAB me inicié a boxear a los 15 años, hice la primera pelea como amateur y debuté como profesional. Entiendo que es una linda manera, más allá del resultado, para retirarme”, confiesa Melián, quien cuenta con récord de 12 triunfos con 7 nocauts, 2 derrotas y un empate.

Alberto Melián con su entrenador, Carlitos Martínez, en un alto de la preparación de su última pelea como profesionalPilar Camacho

—¿Qué tenés pensado hacer cuando te retires?

—Quiero ponerme en el lugar de muchos de los pibitos que comparten los entrenamientos conmigo y ayudarlos a crecer. A mí me pasó que no teníamos un referente del deporte en la secretaría de deportes o en el Comité Olímpico que nos acompañe. Alguien del boxeo que dé la cara por el boxeo. Por eso quiero terminar la secundaria y estudiar gestión deportiva para involucrarme más a fondo y contribuir al cambio.

—¿Estás orgulloso de tu carrera?

Yo siempre busqué mejorar, desafiarme a mí mismo, probar hasta donde podía llegar. Si me retiro hoy puedo hablar que en el 2021 me levanté cuatro veces ante Francis Fortunato, que enfrenté a los campeones mundiales Oscar Valdez y Shakur Stevenson, que le gané a Steven Fulton en Miami, que representé a Argentina en dos Juegos Olímpicos y que la gente me ovacionó en el Luna Park. Quizás no tengo la chapa que tienen otros por ser campeones mundiales, pero estoy muy orgulloso de lo que conseguí en mi carrera y del reconocimiento de la gente.

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