Donald Trump reunió el que será el gabinete presidencial más rico de la historia moderna de Estados Unidos, con al menos 13 multimillonarios que ocuparán cargos clave en su administración. Esta decisión, aunque consistente con el estilo empresarial y las alianzas personales de Trump, ha generado amplias discusiones sobre las implicaciones éticas y los riesgos de conflictos de interés que podrían surgir al gobernar desde la óptica de las élites más adineradas del país.
Entre los seleccionados para integrar su gabinete figuran líderes empresariales de diversas industrias, incluyendo bienes raíces, tecnología, entretenimiento deportivo, finanzas, biotecnología y exploración espacial. Muchos de ellos son donantes importantes de la campaña del presidente electo y aliados cercanos de su círculo personal.
El patrimonio neto combinado de los miembros más ricos de su administración podría superar los 460.000 millones de dólares, una cifra que incluye la fortuna del empresario tecnológico Elon Musk, el hombre más rico del mundo, cuya fortuna supera los 400.000 millones de dólares. Incluso sin Musk, el patrimonio estimado del resto del gabinete sería de al menos 7.000 millones de dólares, lo que lo posiciona como el gabinete más acaudalado jamás conformado.
La diversidad de los seleccionados incluye desde figuras prominentes de Wall Street hasta magnates de la industria del entretenimiento. Aquí están algunos de los nombres clave y sus respectivas fortunas:
Codirector del Departamento de Eficiencia Gubernamental, lidera la lista con un patrimonio de 439.000 millones de dólares, según Forbes. Musk es el fundador de empresas como Tesla, SpaceX y Twitter, y ha emergido como uno de los principales aliados de Trump tras haber donado más de 250 millones de dólares para su campaña. Su rol, aunque descrito como “externo” al gobierno, plantea preguntas sobre cómo influirá su posición en la política nacional.
Nominada como secretaria de Educación, es cofundadora de World Wrestling Entertainment (WWE). Su patrimonio neto, junto con el de su exesposo Vince McMahon, alcanza hasta 3.000 millones de dólares. Anteriormente, McMahon fue jefa de la Administración de Pequeñas Empresas durante el primer mandato de Trump.
Propuesto como secretario de Comercio, es director ejecutivo de la firma de servicios financieros Cantor Fitzgerald. Lutnick controla aproximadamente el 60% de la empresa, con un patrimonio de 2.200 millones de dólares.
Nominado como embajador en Francia, es un desarrollador inmobiliario de Nueva Jersey cuya fortuna asciende a 1.800 millones de dólares. Kushner es el patriarca de la familia Kushner, a la que pertenece su hijo Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump. El empresario ha sido una figura controvertida debido a su historial penal: en 2005 cumplió 24 meses de prisión tras declararse culpable de múltiples delitos, incluidos declaraciones falsas ante la Comisión Federal Electoral.
Nominado como administrador de la NASA, es un pionero de la exploración espacial privada y fundador de Shift4 Payments, con una fortuna de 1.800 millones de dólares. Además, ha financiado misiones espaciales privadas, incluyendo el programa Inspiration4.
Designado como embajador ante el Reino Unido, tiene un patrimonio de 3.400 millones de dólares gracias a su liderazgo en la firma de banca de inversión familiar Stephens Inc.
Nominado como embajador en Turquía, es el fundador de Colony Capital, una firma de inversión en bienes raíces. Su fortuna ronda los 1.000 millones de dólares. Barrack es un amigo cercano de Trump y presidió el comité inaugural de 2017.
Otros nombres destacados incluyen a Scott Bessent como secretario del Tesoro, Steven Witkoff como enviado especial para el Medio Oriente, y Leandro Rizzuto Jr., quien será embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), con un patrimonio familiar de 3.500 millones de dólares gracias al éxito de la empresa de productos de belleza Conair.
El gabinete de Trump no solo supera en riqueza al de cualquier administración anterior, sino que establece una clara diferencia en comparación con la administración actual del presidente Joe Biden. El gabinete de Biden tiene un patrimonio neto combinado estimado en 118 millones de dólares, mientras que el gabinete del primer mandato de Trump, considerado en su momento el más rico de la historia, alcanzó los 3.200 millones de dólares.
Durante el primer mandato de Trump, la secretaria de Educación Betsy DeVos ostentaba la mayor riqueza individual, con un patrimonio estimado en 2.000 millones de dólares. En contraste, el miembro más acaudalado del gabinete de Biden, el jefe de gabinete Jeff Zients, tiene un patrimonio que oscila entre 90 y 443 millones de dólares, según sus declaraciones financieras.
El nombramiento de multimillonarios en cargos públicos no es algo inusual en Estados Unidos, pero el volumen de riquezas concentrado en el gabinete de Trump ha encendido alarmas entre grupos de vigilancia ética. Según Kedric Payne, director senior de ética en el Campaign Legal Center, el problema no radica en la riqueza en sí misma, sino en los potenciales conflictos de interés que podrían derivarse de las complejas finanzas de los designados.
“Ser rico no descalifica a una persona para ocupar un cargo público”, explicó Payne en entrevista con ABC News. “Sin embargo, los antecedentes financieros complicados y las actividades empresariales previas presentan riesgos que deben ser supervisados”.
Bajo las leyes federales de ética, los nominados deben divulgar sus activos y vender aquellos que puedan representar conflictos. La Oficina de Ética Gubernamental revisará las declaraciones financieras y emitirá recomendaciones sobre cómo manejar posibles problemas antes de que los nominados sean confirmados por el Senado.
Un aspecto que genera interrogantes es el rol “externo” de Elon Musk y Vivek Ramaswamy, designados como codirectores del Departamento de Eficiencia Gubernamental, ya que no está claro si sus posiciones requerirán divulgaciones financieras. Ambos tienen el potencial de influir significativamente en la política gubernamental.
El equipo de transición de Trump ha defendido las nominaciones como parte de un enfoque destinado a maximizar la eficiencia gubernamental y cumplir con las promesas de campaña. Según Karoline Leavitt, portavoz del equipo de transición Trump-Vance, “el presidente Trump continuará nombrando a hombres y mujeres altamente calificados que posean el talento, la experiencia y las habilidades necesarias para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, citó FOX News.
Los críticos, sin embargo, cuestionan si un gabinete dominado por multimillonarios puede representar los intereses de las clases trabajadoras y medias. Grupos de vigilancia ética como Citizens for Responsibility and Ethics in Washingtonhan señalado que la alineación de Trump con la “clase multimillonaria” refleja sus propias prioridades personales y su visión de liderazgo.