Diez meses después de la sesión fotográfica que llevada a cabo por la conocida fotógrafa Annie Leibovitz, salen a la luz las imágenes de los reyes Felipe VI y Letizia para la colección de retratos reales del Banco de España. Si bien es cierto que han sido muchos los posados que han realizado los monarcas para sus fotos oficiales, lo cierto es que estas estampas guardan un matiz especial, puesto que se han llevado a cabo por dos motivos: por un lado, el décimo aniversario de la proclamación del soberano como rey y, por otro, sus dos décadas de matrimonio.
Fue el pasado 7 de febrero de 2024, cuando Annie Leibovitz preparó su objetivo para captar los rostros de Felipe y Letizia. Una sesión fotográfica que fue organizada en las majestuosas estancias del Palacio Real, concretamente en el Salón Gasparini, y que hoy, 26 de noviembre, se ha hecho pública.
Lejos de hablar de un retrato conjunto, se podría decir que se tratan de dos dípticos, pues los padres de la princesa Leonor han posado por separado. Las medidas que presentan con de 223,52 x 170,18 centímetros cada uno, lo que deja entrever que se tratan de dos imágenes de gran dimensión que han sido concebidas para exponerse siempre en conjunto.
Centrándonos en las vestimentas de Felipe y Letizia, que se muestran reverentes y regios, presentan grandes diferencias. Mientras el hijo de Juan Carlos I optó por vestirse de rey y lucir el toisón de oro, el fajín de Capitán General y la banda azul celeste de la Orden de Carlos III, la periodista lució un vestido de gala espectacular cedido por la Fundación Antoni de Montpalau y un chal rojo, ambos de la firma Cristóbal Balenciaga. Eso sí, lo más llamativo es que la madre de la infanta Sofía no presenta ningún atributo u objeto que hagan referencia a su estatus como reina.
El vestido de Letizia es una pieza vintage de gala en color negro, que presenta un escote palabra de honor y un corte sirena. Fue creado en los años cuarenta por Balenciaga y está confeccionado en tul de seda plisado. Su complemento, el chal de seda salvaje en color rojo, también fue confeccionado por el modista en la misma tela en la década de los años sesenta. Ambas prendas fueron cedidas desde la Fundación a la reina por petición personal.
Las joyas que ha lucido Letizia en la fotografía pertenecen a la Casa Real. Para esta ocasión, la royal española muestra un collar de chatones y diamantes y unos pendientes de diamantes de la Casa Ansorena de 1906. Además, en su dedo índice de la mano izquierda también se puede ver un anillo que pertenece a su colección personal. Por su parte, el rey Felipe VI ha lucido el tradicional uniforme militar del que ya ha hecho gala en otros retratos oficiales. Hablamos del uniforme de Capitán General del Ejército de Tierra.
El estilo, la iluminación, la estancia y el posado parecen encajar más con las características de un lienzo que de una fotografía, algo completamente intencional, ya que como explicó a EFE Yolanda Romero, comisaria de la exposición de la que formarán parte, La tiranía de Cronos —estará abierta al público en el Banco de España a partir del miércoles 27 de noviembre y hasta el 29 de marzo de 2025, previa reserva de entrada — “son unos retratos muy pictóricos en cuya composición encontramos alusiones a Velázquez retratista de corte”.
Los dos dípticos, cuyo coste ha sido de 137.000 euros, fueron realizados el pasado 7 de febrero en una sesión de cinco horas llevada a cabo en el Salón Gasparini del Palacio Real, donde habitualmente se llevan a cabo las recepciones. Fue Leibovitz la que transmitió las condiciones de las fotografías, asegurando que debían ir de traje —no de calle—, y que prefería a Letizia sin corona, sin banda y sin nada, sino con un vestido de fiesta. De esta manera, Annie y un total de cinco miembros de su equipo, estuvieron trabajando de forma meticulosa junto a los reyes desde las 11:00 horas a las 17:00 horas.
Aunque las fotografías constan de iluminación artificial, es probable que la instantánea de la reina Letizia juegue más con la luz natural, ya que esta fue realizada al lado de un gran ventanal. Asimismo, centrándonos en la estampa del soberano, se observa un reloj del pastorcillo que marca las 11:00 horas, lo que podría poner de manifiesto la hora exacta en la que la imagen fue tomada. Eso sí, no está claro si lo del reloj está hecho a propósito, aunque es un símbolo del buen Gobierno que ha formado parte de otros retratos reales y de grandes autoridades. No es la primera vez que la conocida fotógrafa estadounidense retrata a miembros de la realeza, pues también inmortalizó a Isabel II hasta en dos ocasiones, en el año 2007 y en 2016.