La reciente renuncia de Pablo Moyano a la Confederación General del Trabajo (CGT) ha generado un terremoto en el sindicalismo argentino, evidenciando las profundas divisiones internas y las tensiones entre los distintos sectores de la central obrera.
Pablo Moyano, quien ocupaba el cargo de co-secretario general, decidió dar un paso al costado debido a sus diferencias irreconciliables con el sector dialoguista de la CGT, liderado por figuras como Héctor Daer, Andrés Rodríguez, Gerardo Martínez y José Luis Lingeri.
La decisión de Moyano se produjo tras una serie de desacuerdos sobre la estrategia a seguir frente al gobierno de Javier Milei. Mientras que el sector dialoguista aboga por mantener un diálogo tripartito con el gobierno y los empresarios, evitando medidas de fuerza hasta 2025, Moyano había propuesto la organización de un paro nacional para diciembre en rechazo a las políticas económicas del gobierno.
En un escueto comunicado, Moyano explicó que su renuncia se debía a que «no coincide con las decisiones tomadas por la llamada ‘mesa chica'» de la CGT. Esta mesa chica, compuesta por los líderes de los gremios más influyentes, había decidido no convocar a medidas de fuerza antes de fin de año, optando por una estrategia de diálogo y negociación.
Esta postura fue respaldada por 12 dirigentes en la mesa chica cegetista, quienes consideraron que no había clima para que una medida de fuerza pudiera desarrollarse con éxito. La renuncia de Moyano no solo refleja las diferencias estratégicas dentro de la CGT, sino también las tensiones personales y políticas que han marcado su relación con otros líderes sindicales.
Durante una reciente reunión con el sector dialoguista, Hugo Moyano, padre de Pablo y líder del Sindicato de Camioneros, manifestó su desacuerdo con los planes de protesta de su hijo, lo que marcó un aislamiento creciente del dirigente dentro de su propio gremio y de la CGT.
Tensiones
A pesar de su renuncia a la CGT, Pablo Moyano continuará como secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, aunque la relación con su padre lleva casi tres años de tensiones. Algunos especulan que Hugo Moyano podría también presionarlo para abandonar la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), cuna de los sectores más duros del sindicalismo, como los pilotos y aeronavegantes.
La salida de Moyano de la CGT ha generado un intenso debate sobre el futuro del sindicalismo en Argentina y la capacidad de la central obrera para mantener la unidad en un contexto de posturas tan divergentes. Mientras que el sector dialoguista busca fortalecer su estrategia de negociación con el gobierno y los empresarios, los sectores más combativos, liderados por Moyano, insisten en la necesidad de medidas de fuerza para defender los derechos de los trabajadores ante la inflación, los recortes presupuestarios y las reformas proyectadas por la administración actual.
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