El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha anunciado este lunes que las fuerzas de seguridad han detenido a un joven de 24 años, identificado como Skyler Philippi, acusado de planear un ataque contra una instalación energética en la ciudad estadounidense de Nashville, en el estado de Tennessee, y de intentar usar un arma de destrucción masiva.
Philippi le contó a una fuente confidencial a principios de junio su deseo de cometer un tiroteo masivo. Semanas después, le contó a otra fuente sobre el impacto de atacar grandes subestaciones interestatales, señalando que «sacudiría el sistema». Cuando investigó ataques anteriores en estas instalaciones concluyó que un ataque con armas no sería suficiente y planeó usar un dron con explosivos, según el documento.
En septiembre, se dirigió con empleados encubiertos del FBI a una subestación eléctrica de su elección y realizó una exploración. Mientras conducía, encargó una composición explosiva plástica conocida como C-4 y compró pólvora negra para fabricar bombas de tubo. «Si quieres hacer el mayor daño (…), ataca zonas de alto nivel económico, fiscal y político», dijo en un mensaje a una de las fuentes confidenciales.
Asimismo, habló sobre la seguridad operativa, incluida la necesidad de disfrazarse, el uso de guantes de cuero, zapatos demasiados grandes, quemar la ropa después del atentado y no llevar teléfonos inteligentes en la noche del ataque. Esta semana, participó en un ritual en el que dijo que «aquí es donde comienza la Nueva Era» y que era «hora de hacer algo grande» que sería recordado «en los anales de la historia».
«Como se le acusa, Skyler Philippi creía que estaba a punto de lanzar un ataque contra una instalación energética de Nashville para promover su violenta ideología de supremacía blanca, pero el FBI ya había puesto en peligro su complot. Este caso sirve como una advertencia más a quienes pretenden sembrar la violencia y el caos en nombre del odio atacando las infraestructuras críticas de nuestro país: les encontraremos, desbarataremos su complot y les haremos rendir cuentas», ha declarado el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland.
El director del FBI, Christopher Wray, ha señalado que el acusado, «motivado por una ideología extremista violenta con motivaciones raciales», planeó atacar la red eléctrica con un dron y explosivos, dejando sin energía a miles de estadounidenses y a la infraestructura crítica, como hospitales. «El rápido trabajo del FBI permitió detectar y desbaratar el complot del acusado antes de que pudiera causar daños», ha celebrado.