Si algo destaca al siempre polémico Alberto Samid es que cuando habla, lo hace sin filtros. El matarife había hecho una promesa a sus seguidores de redes sociales: si superaba los 90 mil seguidores en X, contaría una anécdota con Carlos Saúl Menem. Y este jueves cumplió, al punto de poder provocar un fuerte dolor de cabeza para quienes involucró en el relato. Es que su recuerdo revelado dejó expuesto un circuito de presuntas coimas, que el hombre de las carnes naturalizó como chiste.
«Bueno… lo prometido es deuda. Yo prometí que si llegábamos a los 90 mil seguidores iba a contar una anécdota muy jugosa de las que he vivido cuando Carlos Menem fue presidente», arrancó Samid, en un video filmado en dos partes en lo que parece un mercado y publicado en su cuenta de X.
El matarife, ya este miércoles, había generado suspenso al prometer, por la meta de audiencia. «Cuento una anécdota tremenda de Menen (sic) de la época que laburé con él», avisó y minutos antes de publicarla, sumó misterio: «No la van a poder creer». Y, en eso al menos, no mentía.
El relato de Samid no tiene desperdicio ni para un fiscal de turno. Tal vez porque corren tiempos de reivindicaciones de las presidencias de Menem -cuyo busto Javier Milei llevó a Casa Rosada- fue que lo eligió como protagonista de su historia, en la que el matarife se expone como un privilegiado testigo directo.
Es que en los ’90 era un hombre del círculo íntimo del fallecido expresidente a la par de otro nombre rutilante de aquellos tiempos que también involucra en su relato: Ramón Hernández, el opaco secretario presidencial que, hace pocos días, acompañó a Zulemita Menem a su reencuentro con Daniel Scioli.
«Yo participé en la campaña y en reconocimiento a mi trabajo me nombró asesor presidencial», introdujo Samid sobre sus tiempos junto a Menem. «Habíamos armado un equipo de fulbo. Todas las semanas jugábamos con Gendarmería, con Policía Federal. Un día nos invita Duhalde a la quinta del General Perón en San Vicente a jugar un partido y a comer un asado», contextualizó en tiempo y lugar el empresario carnicero.
En aquellos años, Eduardo Duhalde fue primero vicepresidente y luego gobernador bonaerense. «Estaba muy preocupado porque él quería ser el sucesor de Menem, entonces quería cuidar todos los detalles, que no haya problemas. Menem ya había llegado y bueno, no le importaba tanto», comentó Samid del también expresidente, por lo que al parecer su mentado recuerdo se da durante el segundo gobierno menemista.
«Ese domingo a la mañana salimos todos de la Quinta de Olivos. Éramos cuatro en el mismo auto: Ramón Hernández, Carlos Menem, [Miguel Ángel] Vicco, el de la leche, y yo», narró Samid y prosiguió, detallista: «Bueno, fuimos a la quinta de Perón y nos recibió Duhalde con una cantidad de diputados de la Provincia de Buenos Aires, jugamos un partido lindo, después comimos un asado bárbaro«.
Entonces Samid recordó un diálogo entre Duhalde y Menem.
«Carlos, mirá, los compañeros diputados nacionales tienen una inquietud, quieren hablar con vos», dijo el narrador que dijo Duhalde y respondió el entonces presidente: «Sí, cómo no»
«Fuimos a un salón donde estaban los diputados nacionales, todos sentados ahí y en un momento dado, con mucho respeto. ‘Señor presidente…’, qué sé yo… tenían un respeto bárbaro con el Turco«, avanzó Samid.
Y allí entró en terreno sinuoso. «Le dice uno (a Menem): ‘Mire, discúlpeme, señor presidente. Los empresarios nuevos que no lo ayudaron a usted, que ahora usted los está recibiendo, manifiestan que la secretaría, cuando entran, tienen que poner 10 mil dólares«.
Recordó Samid que «El Turco se volvió loco», se levantó y dijo: «A esto me lo dijeron siempre. yo fui tres veces gobernador, esta es una mentira, una canallada…», parafraseó al expresidente.
«Les dijo de todo. Los tipos quedaron como pollos mojados: ‘Bueno, no, disculpe…», condimentó la escena Samid en su relato.
Y entonces apuntó al remate de su anécdota. «Termina la reunión, vamos al auto, salimos y a las tres cuadras Menem le dice a Ramón Hernández, que era el secretario que supuestamente cobraba: ‘Ramón, vos me estás dando 5 mil dólares y estás cobrando 10’«.
Samid relata que Hernández «se paró como un loco» y respondió: «No, jefe, no. ¡Es todo mentira!».
Fin del relato y el ex asesor menemista reafirma, casi como testigo: «Bueno, es una anécdota real que yo la he vivido en carne propia«.
La anécdota de Samid fluyó con la naturalidad de no ser consciente del peso de lo relatado. Por sus palabras, el matarife ha sido cuestionado por comentarios antisemitas y por sus hechos, condenado como parte de una asociación ilícita montada para la evasión fiscal que lo llevó a estar preso.
Quizás no vio problemas en su relato. Tal vez le pareció una escena habitual. O pensó que, con el expresidente fallecido -como también Vicco- la escena no merecerá una visita a Tribunales.
«La próxima les contaré alguna nueva«, terminó su video Samid, de un revival menemista.
DS