sábado, 16 agosto, 2025
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El mercado en alta tensión

El mercado en alta tensión 

Malestar por el desorden monetario y la ausencia de un ancla clara para las expectativas. En Nueva York, los ADRs argentinos cerraron el viernes con fuertes bajas.

La incertidumbre vuelve a ser protagonista en la city porteña. En una semana atípica, marcada por un feriado con fines turísticos que dejó al mercado local en pausa, los activos argentinos sufrieron un nuevo revés en Wall Street, reflejando el malestar que genera el desorden monetario y la falta de un ancla clara para las expectativas. El gobierno avanza en medidas de urgencia para intentar absorber los 6 billones de pesos que no se renovaron en la licitación de deuda del miércoles. 

En Nueva York, los ADRs de empresas argentinas cerraron el viernes con fuertes caídas, en una jornada sin operaciones en la bolsa porteña. Loma Negra lideró las pérdidas con un retroceso del 2,5 por ciento, seguida por Grupo Financiero Galicia (-2,4 por ciento) y Supervielle (-1,9 por ciento). En paralelo, Globant, el unicornio argentino del software, se desplomó un 15 por ciento tras reportar su primera pérdida trimestral desde 2013, encendiendo señales de alarma sobre la solidez del negocio tecnológico en medio de una desaceleración global del sector.

El retroceso bursátil no es un fenómeno aislado, sino la consecuencia directa de un clima financiero enrarecido, donde las decisiones de política monetaria generaron más preguntas que respuestas. El Banco Central endureció las condiciones del sistema bancario con un nuevo torniquete monetario: suba de encajes, multas más severas y restricciones diarias sobre la liquidez. Todas medidas contractivas que, si bien apuntan a controlar la inflación y sostener el tipo de cambio, tienen efectos colaterales sobre la actividad económica y los activos financieros.

En detalle, el Central formalizó una suba de 5 puntos porcentuales en los encajes para depósitos a la vista, plazos fijos con cancelación diaria y otros instrumentos de corto plazo, aplicable desde el 19 de agosto. Por primera vez, el cumplimiento será exigido diariamente, eliminando el beneficio del promedio mensual. Además, se habilita una integración parcial con títulos públicos emitidos por el Tesoro, en una maniobra que busca absorber pesos excedentes y asegurar la próxima licitación de deuda.

En simultáneo, se endurecieron las penalidades para los bancos que no cumplan: multas equivalentes a tres veces la tasa de política monetaria y mayor encaje si no utilizan títulos del Tesoro. También se reforzó el control sobre la posición global neta en moneda extranjera, lo que restringe aún más la operatoria de las entidades financieras en dólares.

Las medidas llegan tras el traspié del Tesoro en la última licitación, donde apenas pudo renovar el 61 por ciento de los 15 billones de pesos que vencían. Ante la amenaza de una mayor presión sobre el dólar y la inflación, el Gobierno convocó a una nueva colocación de urgencia para el lunes 19, con el objetivo de absorber la liquidez sobrante. 

“La tasa real es altísima, pero eso no alcanza para ordenar el sistema. No hay un instrumento claro como eran las LEFIs ni una tasa de referencia eficaz. El mercado no encuentra equilibrio”, explican la consultoras del mercado. En teoría, tasas tan elevadas deberían atraer capitales para hacer carry trade, pero ni los fondos del exterior ni los inversores locales en dólares se muestran dispuestos a ingresar con certeza plena ante un horizonte cada vez más incierto para después de las elecciones.

Como advierte el economista Gustavo Ber, los ruidos políticos y la falta de una hoja de ruta clara profundizan el escepticismo. “Los bonos siguen con tono cauteloso pese a sus atractivos rendimientos. Hay demasiado ruido”, indicó. Los títulos en dólares cayeron el jueves, con el Bonar 2035 y el 2038 liderando las bajas (-0,8 por ciento), mientras que el riesgo país se mantiene por encima de los 700 puntos.

En este contexto, la caída de casi 5 por ciento del S&P Merval durante la última semana operativa en Buenos Aires fue otro de los datos que muestran el problema. Las acciones más golpeadas reflejan la sensibilidad de sectores clave como bancos, energía y servicios públicos frente a un esquema monetario cada vez más estricto.

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