Tras la confirmación de la Corte sobre la condena de Cristina Kirchner, muchos pusieron el ojo en qué pasa con los posibles casos de corrupción de otros dirigentes políticos. Y allí hubo una sorpresa: la incipiente investigación contra Javier Milei por la causa $Libra no comprometerá al Presidente, al menos de acuerdo a lo que estableció la Oficina Anticorrupción (OA). Su titular, Alejandro Melik, consideró que no infringió la ley de Ética Pública porque el primer mandatario usó su cuenta de Twitter como “un acto de comunicación individual o privado”. Insólito.
Melik no valoró que, como Presidente, Milei pudo haber influido en los inversores que apostaron a esa criptomoneda que se convirtió rápidamente en una estafa. «Dicho posteo, no conectado con actos administrativos, debe interpretarse como un acto de comunicación individual o privada que no ha generado un direccionamiento oficial de políticas públicas de ninguna naturaleza”, explicó el titular de la OA.
Milei ya sabía que la investigación no iba a correr una mejor suerte. Por eso, en febrero, tras la irrupción del escándalo, el Presidente se apuró a decir en una entrevista: “Que me investigue la Oficina Anticorrupción. Y a todos los involucrados”.
Antecedentes.
No es la primera vez que el titular de la OA mira para el costado ante una polémica en el Gobierno. A pesar del pedido de la Coalición Cívica, nunca le hizo rendir cuentas a Milei sobre el financiamiento de su campaña presidencial. “Melik tiene que dar un paso al costado”, pedía el legislador porteño Hernán Reyes el año pasado. Y completaba: “No está a la altura del rol de control y deja un vacío muy grande”.
Melik no sólo hace la vista gorda con las polémicas del Presidente, sino también con el resto de los funcionarios. Es que tampoco pidió explicaciones cuando se reveló que el titular de la DGI, Andrés Edgardo Vázquez, el hombre que debía luchar contra la evasión fiscal, compró tres departamentos en Miami por 2 millones de dólares y no los declaró.
En una de las pocas entrevistas que dio desde que es funcionario, Melik aseguraba: ”Pretendo que la lucha contra la corrupción sea una política de Estado”. A un año y medio del inicio de su gestión, su trabajo parece ir a contramano de lo que deseaba.