Mark Chediak y Jennifer A Dlouhy
Estados Unidos impuso nuevos aranceles de hasta el 3.521% a las importaciones de equipos solares procedentes de cuatro países del sudeste asiático, lo que representa una victoria para los fabricantes nacionales, pero agrava los obstáculos que ya amenazan el desarrollo de las energías renovables en el país.
Los gravámenes anunciados el lunes son la culminación de una investigación comercial de un año de duración que concluyó que los fabricantes de productos solares de Camboya, Vietnam, Malasia y Tailandia se beneficiaban injustamente de subsidios gubernamentales y vendían sus exportaciones a EE.UU. a precios inferiores al costo de producción. La investigación fue solicitada por los fabricantes nacionales de equipos solares y se inició durante el gobierno del expresidente Joe Biden.
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EE.UU. impone arancel de 3.500% a paneles solares del sudeste asiático
Si bien los aranceles están destinados a beneficiar a los fabricantes nacionales, también afectarán a los desarrolladores de energías renovables estadounidenses que han dependido durante mucho tiempo de suministros extranjeros baratos, lo que aumenta la incertidumbre en un sector afectado por los cambios políticos y normativos en Washington.
Los gravámenes se sumarán a los nuevos aranceles generalizados impuestos por el presidente Donald Trump, que han trastocado las cadenas de suministro y los mercados mundiales. Los derechos antidumping y compensatorios, como se les conoce, están diseñados para compensar el valor de los supuestos subsidios y precios injustos, según cálculos del Departamento de Comercio.
La decisión del departamento es una victoria para la industria nacional, que tanto Trump como Biden han intentado impulsar. Entre los posibles beneficiarios se encuentran Hanwha Q Cells y First Solar Inc., entre otros.
Aunque la promesa de subsidios y la demanda generada por Ley para la Reducción de la Inflación de Biden han ayudado a impulsar una ola de interés —e inversión— en nuevas fábricas nacionales de paneles solares en EE.UU., los fabricantes advirtieron que esas fábricas se veían amenazadas por rivales extranjeros que venden sus equipos a precios inferiores al mercado.
Victoria para la industria de EE.UU.
“Esta es una victoria decisiva para la industria manufacturera estadounidense”, señaló Tim Brightbill, copresidente del departamento de comercio internacional de Wiley y abogado principal de la coalición de empresas solares que llevó el caso.
Las conclusiones confirman “lo que sabíamos desde hace tiempo: que las empresas solares con sede en China han estado haciendo trampa al sistema, socavando a las empresas estadounidenses y costando el sustento a los trabajadores estadounidenses”, afirmó Brightbill.
Se fijaron aranceles a nivel nacional de hasta el 3.521% para Camboya, lo que refleja la decisión del país de dejar de participar en la investigación, según el Departamento de Comercio.
Según BloombergNEF, el año pasado EE.UU. importó US$12.900 millones en equipos solares de los cuatro países que estarían sujetos a los nuevos aranceles. Esto representa aproximadamente el 77% de las importaciones totales de módulos.