Con el paso del tiempo, los monoplazas de la Fórmula 1 fueron perdiendo algo que les era característico: el rugido feroz de sus motores V10. Con el objetivo de ser más amigables para el medio ambiente, la Máxima introdujo en la temporada 2014 los V6 híbridos (un motor de combustión interna y otro eléctrico). Sin embargo, el precio a pagar fue el sonido agudo que tan bien se entonaba en locaciones como el túnel de Mónaco. La vuelta del mítico motor parecía una utopía hasta que Mohammed ben Sulayem, presidente de la FIA, ilusionó a los seguidores con su regreso. Lo que quizás no se esperaba era que una escudería se opusiera a la idea…
Se trata de Audi, el equipo que hará su desembarco en la F1 tras el convenio con Sauber, que no quiere saber nada con estos impulsores. «Los próximos cambios en la regulación, incluida la nueva normativa de unidades de potencia híbridas para el 2026 y más allá, fueron un factor clave en nuestra decisión de entrar en la categoría. Estas regulaciones reflejan los mismos avances tecnológicos que impulsan la innovación en los vehículos que hacemos», expresó la marca de los aros en su comunicado al medio The Race.
En Bélgica, Audi dio la noticia de su llegada a la Fórmula 1.
De esta manera, los alemanes dejaron clara su intención de seguir apegados al cambio reglamentario que se dará el año que viene, con motores sin MGU-H (recupera energía térmica y la transforma en energía eléctrica), dándole más lugar al motor eléctrico y empleando combustible 100% sustentable. El mismo caso se da con Cadillac, la escudería que hará su debut en la Máxima a partir del año que viene y que comenzará a fabricar sus propios propulsores en 2028. Su entrada se vio fuertemente influida por la tendencia a volcarse en las máquinas de este estilo.
En contraparte, quienes están a favor de la vuelta de los V10 son Ferrari y Red Bull, equipo que será motorizado por Ford (desistirá de los servicios de Honda, que trabajará con Aston Martin). En la Scuderia, fue Lewis Hamilton, su flamante piloto, el que metió presión: «Espero que en 20 años tengamos grandes carreras y autos que suenen bien, que no sean completamente eléctricos sino sostenibles con motores V10 o V12«.
Christian Horner se interesó en la vuelta de los V10. (EFE/EPA/ALI HAIDER)
En la marca de bebidas energéticas, su jefe, Christian Horner, agregó: «El futuro motor de la Fórmula 1 abre todo tipo de oportunidades. Hemos terminado con un motor muy caro y complejo a partir de 2026. Al purista que hay en mí le encantaría volver a un V10 hecho de forma responsable, con combustible sostenible. Habría que tenerlo en cuenta después de la actual normativa».
¿En dónde están parados el resto de proveedores?
Como es uno de los temas del momento, nadie se mantuvo al margen. Uno de los fabricantes más importantes, tanto por su poderío como por la cantidad de equipos a los que les provee impulsores (McLaren, Williams y Aston Martin, sumando a Alpine a partir de 2026), es Mercedes y habló desde la neutralidad. «Nosotros estamos abiertos, ya sea en el futuro un motor de 8 o 10 cilindros, atmosférico o turbo, con recuperación de energía y del tamaño que sea. Hay que tener la mente abierta. Todos somos corredores. Nos gustan los motores del pasado y hay que encontrar el equilibrio adecuado entre lo que nos emociona a nosotros, los ‘dinosaurios’, los motores que rugen fuerte, y lo que entusiasma a la afición», señaló Toto Wolff, director del equipo de las flechas plateadas.
Así se verían los Audi que se incorporarán a la Fórmula 1 en 2026.
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