sábado, 22 febrero, 2025
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Tuit fijado

La pregunta por Milei, su proyecto político, y su gestión de gobierno, necesita expandirse en el tiempo; y por tiempo quiere decir, en este caso, una relación posible en torno a las condiciones que permitan el sostenimiento de su propia reproducción. Cualquier proceso social que intente seguir, es decir, sostenerse como realidad compartida en una relación social, debe resolver los modos de sus condiciones esperables de operación, ya que reformulaciones excesivas hacen que las partes involucradas no comprendan qué se puede, y qué no se puede hacer, convirtiendo a la incertidumbre en un factor de no acción. Así, solo sobrevive, aquello a lo cual los demás, en ese compartir, comprenden sobre los modos de un poder intervenir en una correspondencia productiva social. En lo que ofrece cotidianamente la experiencia Milei, no queda del todo claro, cómo es que éste estaría ofreciendo condiciones esperables de seguimiento, para que los demás puedan continuar en una relación con él mismo.

Cuando los empresarios se juntan a debatir ideas y decir todos los años lo mismo, es decir, a repetir una y otra vez exactamente una copia perfecta de reclamos, y que luego será publicada por los medios de comunicación como una novedad, aunque tenga los mismos componentes del año anterior, piden con rostros preocupados que existan reglas de juego claras. En cierto modo, sus reclamos son sociológicos, ya que reconocen en el medio social argentino un acumulado de modificaciones demasiado apegadas en el tiempo entre sí, haciendo que cualquier próximo paso sea poco comprensible. En la gestión de Milei, y en especial la de Sturzenegger, se festeja la supuesta resolución de esta demanda a través del desarmado de un entramado regulatorio demasiado complejo que habría bloqueado por años un normal funcionamiento de los posibles negocios en Argentina. Sin embargo, en este proceso de un reclamo, y su supuesta resolución, la sociedad tiende a desaparecer y ser olvidada como lo que efectivamente es, un sistema de acciones siempre renovadas, para pasar a ser solo un campo de juego fijo definido por reglamentaciones que adquieren sus formas en el sistema del derecho. El país no crecería por una cuestión de normas, y no de operaciones.

Milei no actúa en sociedad, actúa solo. No hay en él una cooperación con partes.

Esto no les gusta a los autoritarios

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Este es un tiempo de demasiada intervención de la política en otros ámbitos, en especial como un factor intenso de regulación. Trump está dando ejemplos bastante explícitos de cómo una nueva gestión, más que sostener criterios de continuidad con alguna política de Estado, acciona por el contrario, con decisiones que sobreestimulan a los diferentes ámbitos de la sociedad y sin saber en qué terminará esta experiencia. Observado en detalle, debe quedar claro que en realidad no son las normas el asunto de interés para el análisis, sino las acciones que se producen para ir modificando las normas de un modo recurrente cada cuatro años. Sturzenegger se festeja a sí mismo la gestión, en un éxtasis autoproducido de exhibicionismo personal regulatorio, pero sin poder por ello garantizar algo sensible a estas modificaciones: el futuro.

Milei tiene algunos elementos para sentirse, desde su punto de vista, que parte fundamental de sus principios teóricos van encontrando vínculo palpable con formas de la evidencia, en especial la inflación. Este logro particular no se transforma de ninguna manera en un posible proceso nuevo de acuerdo de la sociedad argentina sobre la emisión monetaria o el cuidado en torno al déficit fiscal como acuerdos para el futuro. Milei convierte a sus logros en la continuación de la lucha política contra todos sus enemigos, por otros medios. Este mecanismo, esta forma de seguir sosteniendo la batalla y el agite público, no son factores de estabilización, sino de irritación. Milei produce riesgos a partir de sus propias victorias.

La comunicación pública del Presidente es desestabilizadora de sí mismo, y actúa especialmente como una secuencia indetenible de shocks generalizados. Aunque las normas estarían desapareciendo, o generando otras favorables para la inversión como el caso del RIGI, y a pesar de los éxitos legislativos aparentemente inesperados sobre la base de sus escasos legisladores, nunca cesa Milei de aumentar la cantidad de sorpresas. Despidos de funcionarios, discursos en Davos que generan movilizaciones masivas o declaraciones contra personas en entrevistas, producen un nivel de incertidumbre con respecto al tratamiento de su propio futuro. Si las medidas son las correctas, si los éxitos parecen tomar el perfil de su propia razón, ¿por qué no detener en algún momento la fábrica de noticias escandalosas? Es probable que exista en esto la revelación de un problema de soledad discursiva. Milei no actúa en sociedad, actúa solo. Únicamente lo puede rodear aquello que permite el acompañamiento a sus propios pensamientos. No hay en él una cooperación con partes, no hay esfuerzos compartidos, y por lo tanto, todo lo que sea un “otro” no tiene lugar. La incorporación en un proceso de interacción no queda clara, nadie comprende qué podría resultar en su accionar, y por lo tanto nadie se anima más que a seguir un camino que se supone alineado con lo que él desea. El futuro, que es el producto de las decisiones en el presente, no depende de partes que discuten, sino de la sostenibilidad de acciones individuales.

Nadie comprende que podría resultar en su accionar, nadie se anima más que a seguirlo

Lo más interesante del caso de esta criptomoneda $Libra es que fue comunicada por el mismo Milei en un tuit que fijó, es decir, que quedó inmovilizado por unas horas sin poder ser desplazado por otros nuevos tuits. Él mismo trató la quietud del futuro. El episodio es una metáfora de las preguntas que él mismo, bajo estas condiciones, ofrece. Las normas parecen estar perfectamente alineadas con las ilusiones corporativas, pero sus acciones no hacen de esas normas una nueva realidad, sino que las dejan fijadas en un presente conflictivo que nunca termina de surgir. Alejandro Fantino se pone unos días antes a hablar sobre los economistas del Cedes para recibir luego las respuestas reivindicativas contra sus dichos de alineados y ajenos a un comentario repleto de mediocridad periodística, y dando otro ejemplo de desajuste mediático innecesario. Todo lo que parece que tiene asegurado así el futuro, más que crecimiento económico, es un próximo episodio para el asombro colectivo.

Existe en esto un riesgo evidente. La sobreestimulación alrededor de un cuerpo social que comprende que cualquier cosa puede repentinamente ser dicha o anunciada, hace de Milei un actor con demasiado exceso de presente y al que se lo acompaña solo a condición de hacer algunas cosas, sin que el panorama de liderazgo cierre como modelo en forma completa. En el aquí y ahora pueden aparecer decisiones asumidas como maravillosas, pero acompañadas de comentarios o gestos imposibles de digerir sobre criterios socialmente compartidos. La elección de este año puede ser ganada, pero será en realidad, un nuevo episodio presente, que será probablemente festejado con todos los componentes que a él lo caracterizan, y que abrirá otra vez, la pregunta por el futuro. La cotización de esta criptomoneda subió y cayó casi en un mismo tiempo, y ese debe haber sido un atractivo interesante para él. El tiempo hacia adelante solo les preocupa a los que participan en la interacción social.

*Sociólogo.

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