La mesa chica de Javier Milei no quiere más problemas innecesarios como los que despertó la conferencia del Presidente en Davos y sus analogías entre homosexualidad y pedofilia que desembocaron en la movilización LGTBIQ+. Por esa razón, Karina Milei le pidió a Patricia Bullrich que despeje las calles de fuerzas de seguridad para evitar choques con los manifestantes.
“No va a haber nada de Policía, Gendarmería o Prefectura”, consignaron en el equipo de la ministra de Seguridad. La decisión que bajó de lo más alto del poder pone en evidencia que el Gobierno quiere mantenerse lejos de posibles incidentes con un tema incómodo, que motivó reacción de amplios sectores de la sociedad civil y finalmente de dirigentes opositores, un detalle que festejaron en varios despachos de Balcarce 50.
Bullrich desplegará escuadrones de fuerzas federales para reforzar la seguridad de Casa Rosada (donde culminará la marcha) y del Congreso (donde iniciará la movilización). Son dos edificios federales, pero en principio la ministra no se plegará a su propia «doctrina» para avanzar sobre Plaza de Mayo o la Plaza del Congreso, como en otras manifestaciones.
Habrá comando unificado para interceder eventualmente, pero en principio la idea es evitar la puesta en escena y fotos como las que se difundieron durante movilizaciones de organizaciones sociales o de la CGT, cuando hasta el Presidente se acercó hasta el centro de monitoreo para mostrarse con Bullrich.
En el Ejecutivo esperan una marcha convocante, pero no tan masiva como las de universitarios por la época del año. En el Gobierno tomaron nota de que, además del colectivo LGTBIQ+, se sumarán la marcha diferentes sectores con capacidad de movilización, como intendentes del conurbano, la gobernación bonaerense, organizaciones sociales, las dos CTA y la CGT, aunque esta última no lo hará de manera institucional.
El miércoles, Bullrich mantuvo reuniones por separado con Karina Milei y Santiago Caputo. A la segunda se sumo el jefe de la SIDE Sergio Neiffert.
La Policía de la Ciudad, a cargo del ministro de Seguridad porteño Waldo Wolff, terminaba de definir en la tarde de este viernes, el tamaño y la dinámica de su propio operativo.
El jefe de Gobierno Jorge Macri repudió los dichos del Presidente en el Foro Económico Mundial. “Que hay que defender a los niños no tengo dudas, pero agarrar un caso y transformarlo es tremendamente injusto. Me gustaría ver un Presidente que abogue más por la unidad de la Argentina que por seguir instalando nuevas divisiones”, dijo a radio Mitre.
Milei le contestó al ejecutivo porteño en X, a Clarín y a los periodistas que objetaron su discurso y los acusó de falsear la realidad. “Desde (Ernesto) Tenembaum a Jorge Macri, pasando por el hijo del humorista Tato Bores (en referencia al columnista de Clarín Alejandro Borensztein), que escribe en el pasquín que recibe pauta del GCBA, todos se montaron a una campaña de indignación frente a supuestas cosas que nunca dijimos, con el solo fin de hacer daño y anotarse un poroto político en la pequeña disputa electoral argentina”, escribió el mandatario en la red social. Parece otro motivo para trasladar la hipótesis de un conflicto a la Ciudad.
En despachos importantes de Balcarce 50 celebraron que Cristina Kirchner y el comité nacional de la UCR se sumaran a la convocatoria, para abonar la hipótesis de que se trata de una marcha para mostrar oposición y que exhibe una supuesta doble vara de los convocantes que no se movilizaron por casos de violencia de género que involucraron a dirigentes peronistas.
De todos modos, como informó Clarín, el Gobierno acusó recibo del efecto negativo que suscitó el discurso del jefe de Estado en Davos, que Milei debió explicar en detalle. Por eso, desde la Rosada buscan “recalibrar” el mensaje para impulsar el proyecto de igualdad ante la ley, que elimina la figura de femicidio y la “discriminación positiva” para que mujeres y minorías ocupen cargos en el Estado.