La presidencia de Donald Trump marcó un cambio radical en la política migratoria de Estados Unidos, orientada hacia medidas más estrictas en la seguridad fronteriza. Con un enfoque firme, el republicano retomó las iniciativas de su primer mandato, como la construcción del muro fronterizo y la imposición de reglas menos permisivas para los solicitantes de asilo. En este escenario, la Patrulla Fronteriza ocupa un lugar central, con estaciones estratégicas en Texas y Florida, especialmente en Miami.
Texas es el estado que tiene más estaciones de la Patrulla Fronteriza, debido a su extensa frontera con México, un área crítica para el control de los flujos migratorios. Cada sector de la frontera texana tiene una función específica y las estaciones distribuidas en cada uno son esenciales para la ejecución de las políticas migratorias de la administración Trump.
Sector Big Bend:
Sector Del Río:
Sector El Paso:
Sector Laredo:
Sector del Valle del Río Grande:
Aunque Florida no tiene frontera con México, sus estaciones de la Patrulla Fronteriza son fundamentales para la vigilancia de las rutas marítimas y aéreas, ya que el estado es un punto clave para los migrantes provenientes del Caribe y Centroamérica.
El fortalecimiento de la Patrulla Fronteriza en áreas como Texas y Miami es un componente clave de las políticas migratorias de Trump. Con el objetivo de frenar la inmigración ilegal, la nueva administración da impulso a estas estaciones con intención de maximizar el control sobre las rutas migratorias más frecuentes.