Mel Gibson siempre es noticia. Hoy, a sus 69 años, lo es por, al menos, tres motivos diferentes. Y lo fue mucho antes, cuando apareció de la nada como el enloquecido Mad Max en la primera película de 1979, o cuando interpretó a Martin Riggs, otro policía enloquecido en la saga de Arma mortal, cuando ganó el Oscar a la mejor película y mejor director por Corazón valiente, cuando dijo comentarios antisemitas, algo borracho, o cuando estrenó La Pasión de Cristo.
Pero mejor vayamos por partes.
La noticia del día es que, cuando falta un puñado de días para que asuma la Presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump nombró a Mel, junto a Sylvester Stallone y Jon Voight como “embajadores especiales” en Hollywood. El objetivo será recuperar negocios perdidos en “países extranjeros”.
Mel fue el primero en responder acerca del “nombramiento”, y se preguntó, textualmente, si “mi deber como ciudadano es brindar toda la ayuda y la información que pueda, ¿existe alguna posibilidad de que el puesto venga con la residencia de un embajador?”. Mel perdió su casa por los voraces incendios en Malibú, que destruyeron la zona de Pacific Palisades.
La segunda noticia es que Mel, según contó en un podcast, The Joe Rogan Experience, se dio el lujo de decirle que no a uno de los grandes directores del cine de Hollywood.
Casi muerto, Mel Gibson le dijo que no a Martin Scorsese
Se plantó y le dijo que no a Martin Scorsese. Rechazó el papel de Jesús en La última tentación de Cristo, por más que su religiosidad es conocida.
Mel estaba promocionando de lo más tranquilo su nueva película como director, Amenaza en el aire (en la Argentina, estreno el 30 de enero: solo en cines), en la que trabaja Mark Wahlberg, y contó cómo le propusieron hacer La última tentación de Cristo, pero se bajó del asunto.
«Curiosamente, yo estaba en una habitación de hotel, en el Savoy, y tuve una intoxicación alimentaria. Casi muero por eso. Comí una ostra en mal estado en Londres y me estaba muriendo en una habitación de hotel; ni siquiera podía irme. Fue lo peor. Mientras estaba allí, Scorsese llamó a la habitación y me dijo: ‘Vení aquí, quiero hablar con vos’. Fui y hablé con Martin. El estaba en su habitación y tenía 18 televisores diferentes encendidos al mismo tiempo en esa habitación oscura. Me habló de La última tentación de Cristo y quería que interpretara a Jesús. Y le dije: ‘No voy a hacer eso’”.
Willem Dafoe terminaría consiguiendo el papel de Jesús en La última tentación… Y Gibson, hoy, sostiene que esa elección fue la acertada.
“Hizo algo que creo que nadie más hizo, y creo que lo logró porque yo lo creí totalmente”, se despachó Mel. “Se vació a sí mismo… Meditó y dejó entrar a Cristo”.
Obviamente hubiera sido atractivo, o al menos curioso, ver al Mel Gibson exitoso de mediados y finales de los años ‘80, cuando era indudablemente uno de los hombres más importantes de Hollywood, en ese papel.
«La última tentación de Cristo» no estuvo prohibida. Pero…
Mencionábamos la primera Arma mortal: la estrenó un año antes de que Scorsese causara escándalo con La última tentación de Cristo.
La película no estuvo prohibida en la Argentina, sencillamente nadie se animó a estrenarla. Lo único que se pudo ver fue por televisión, en la ceremonia del Oscar, cuando se pasó un pedacito, al mencionar a Martin Scorsese nominado como mejor director. Estuvo, hasta no hace mucho, disponible en Netflix.
Y el tercer motivo no, no es el próximo estreno de Amenaza en el aire (en la Argentina, estreno el 30 de enero: solo en cines), sino que anunció que, a 21 años del estreno de La Pasión de Cristo, la secuela comenzará a filmarse, espera, en 2026.
A Jesús le demandó tres días resucitar, y a Jim Caviezel, que la protagonizó, y volverá a personificarlo, puede que un cuarto de siglo hasta que la estrene.
¿Cómo rejuvenecerá Mel Gibson al actor que interpreta a Cristo?
Mel no dijo cómo piensan hacer para disimular lo indisimulable: Caviezel no tenía 33 años, como la edad de Cristo cuando fue crucificado, muerto y sepultado, sino 36. Y si empieza a filmarla en 2026, tendrá 58.
Como sea, Mel reveló que ya existían dos guiones preliminares. “Uno es muy estructurado, muy fuerte. El otro es como un viaje psicodélico. Porque vas a otra dimensión, estás en el infierno. Es como una locura”.
Hace años Caviezel adelantaba que “el filme será impresionante y trascendental en la historia del cine”.
Lo que dijo Mel Gibson de «Resurrección»
“Hay mucho que hacer porque es un viaje de ácido”, aseguró Mel… El guion de La Pasión de Cristo: Resurrección se centrará en todo lo que acontece durante los tres días entre la crucifixión y precisamente su resurrección. Lo escribió con su hermano Donal, así, sin d final, y con Randall Wallace, quien había escrito el de Corazón valiente.
«Es la historia de la resurrección. No es lineal. A mi hermano, a Randall Wallace y a mí nos tomó entre 6 y 7 años terminar el guion. Trabajamos con historiadores para lograrlo. Hay mucho trabajo por hacer, porque es como un viaje ácido. Nunca he leído algo así”, siguió Gibson. “Hay muchas buenas ideas juntas, pero también cosas bastante locas”, añadió. “Creo que, para contar bien la historia, primero tenés que empezar con la caída de los ángeles, lo que te lleva a otro lugar, a otro reino. Tenés que ir al Infierno”.
Más que al Infierno -adonde seguramente más de uno desearía enviarlo-, Mel fue a buscar locaciones para el rodaje. Anduvo ya por Europa, algunas ciudades antiguas al sur de Italia en la región de Apulia (su capital es Bari). También, por las dudas, se tomó un barco y visitó Malta.
¿Tendrá tiempo suficiente para encarar la preproducción de La Pasión de Cristo: Resurrección, ahora que Trump lo nombró, sin consultarlo, aparentemente, embajador especial?
Dios, y sólo Dios, lo dirá.