El gobierno nacional realizó el desembolso más grande de los últimos 3 años, para cancelar pagos de deudas. Se trata de compromisos reestructurados en 2020 por el ministro de Economía de ese momento, Martín Guzmán.
“Dicen que lo prometido es deuda…en este caso, PAGADA!”, de esa manera, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunciaba en su perfil de X un desembolso de U$S 4.360 millones destinados a pagar el vencimiento de deuda más grande en lo que va de la gestión libertaria.
Dicen que lo prometido es deuda…en este caso, PAGADA!
Vamos 🇦🇷🇦🇷🇦🇷!
— Pablo Quirno (@pabloquirno) January 9, 2025
El Tesoro realizó un pago de U$S 4.360 millones entre el vencimiento de capital e intereses de los bonos: Globales, títulos emitidos bajo ley extranjera (ley de Nueva York), y de Bonares, los cuales están reglamentados bajo ley nacional. Este vencimiento se divide en: US$ 2.898 millones en concepto de capital y US$ 1.559 millones en concepto de intereses.
El gobierno muestra a esto como un nuevo triunfo en su política económica, porque para esta gestión, el hacerle frente a estas obligaciones genera grandes posibilidades de reinversión por parte de los tenedores de deuda. Un razonamiento apoyado en las atractivas tasas que ofrece el país para la timba financiera y en los resultados que obtuvieron los especuladores subiéndose al carry trade. A esta mecánica también se suman los exportadores e importadores, los cuales aprovechan estos instrumentos que pagan por arriba del crawling peg. Pero estas declaraciones son solo proyecciones y deseos del gobierno. Una alarma se encendió en los encargados de la cartera de Economía, cuando en la última rueda de licitación de deuda, el gobierno solo pudo cancelar $ 5,4 billones, siendo que debía pagar $ 6,2 billones.
Con este movimiento, el gobierno y el equipo económico de Milei con Caputo a la cabeza buscan sumar más elementos al periodo de estabilidad por el cual transitan. Y para darle más volumen a su discurso, también utilizan al índice del riesgo país, el cual se ubica por debajo de los 600 puntos, hecho que no sucedía desde 2018.
Pero a pesar de los festejos libertarios, la inestabilidad en esta arquitectura económica puede continuar y en el horizonte no se ve ninguna solución, solo la profundización de un ajuste durísimo. Este pago realizado por el Tesoro llevó a que las reservas netas del BCRA se encuentren en negativo por U$S 5.000 millones, lo cual no es un panorama para nada alentador frente a los compromisos de deudas que se encuentran desperdigados a lo largo del 2025.
Según estudios de consultoras privadas, los vencimientos de deuda en moneda extranjera para todo el 2025 se aproximan a los U$S 21.500 millones. En donde:
- U$S 7.925 millones corresponden a organismos internacionales (Banco Mundial, BID, FMI)
- La deuda de provincias suma U$S 2.530 millones
- Los Bopreales juntan U$S 2.340 millones
- Los Bonos Hard Dollar acumulan U$S 8.700 millones
Estos números también suman un agravante más, ya que en el primer trimestre de este 2025 el gobierno tendrá que hacerle frente al 40% de las obligaciones en dólares.
Desglosando un poco más los números y según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), entre enero y marzo vencen $ 29,7 billones en concepto de títulos públicos en moneda local, equivalente al 25% del total de la deuda del próximo año.
Con las declaraciones del gobierno vuelve a quedar claro el eje central del programa de este gobierno: ajustar para pagar deuda, a costa del sufrimiento de las mayorías. El blanqueo fue un arma de un solo uso y los ingresos proyectados para este año no son suficientes para cancelar todas las obligaciones, es por esto que hoy la gestión libertaria se encuentra en tratativas para acordar un nuevo programa con el FMI. De esta manera intentará conseguir capitales frescos para darle el mismo destino que todos los activos que entran al país, pagar deuda.
Algunos desde el gobierno especulan con el acuerdo con el campo o las inversiones por el RIGI. Lo primero no se dará en el marco cambiario actual, las segundas no llegan para uso automático. Lo cierto es que la necesidad de dólares es cada vez mas urgente, por eso recurre a salvatajes y nuevas negociaciones con el FMI.
Para terminar con toda esta lógica usurera es necesario poner en pie un nuevo proyecto de país. Donde la hoja de ruta no sea la dibujada por el FMI, las instituciones financieras y los fondos buitres, sino donde la prioridad sean las necesidades de las mayorías. Es fundamental romper relaciones con todas estas instituciones usurarias, además de desconocer todas sus deudas.
En el momento de crisis en el que se encuentra el país es inmoral no utilizar toda esa cantidad de recursos para ponerlos a disposición de la resolución de los problemas de fondo que aquejan a los trabajadores. Solo una planificación de la economía de manera democrática puede ponerle fin a estos mecanismos de dominación que se trasladan de gobierno en gobierno. Y en este caso, en 2025 el gobierno de Milei está pagando deuda del gobierno de Macri, reestructura por Guzmán en el gobierno de Fernández.