Miguel Urdangarin, el sobrino de Felipe VI, decidió iniciar una nueva etapa en su vida y trasladarse a Madrid después de años viviendo en distintas ciudades de Europa. Según reveló la revista Semana, el joven de 24 años, conocido por su pasión por la biología marina y el esquí, ahora reside en el Palacio de la Zarzuela junto a su abuela, la reina Sofía. Este cambio marca un importante punto de inflexión en la vida del nieto de los reyes eméritos, quien busca nuevos horizontes tanto académicos como personales.
Miguel Urdangarin está acostumbrado desde chico a los constantes cambios de residencia. Pasó gran parte de su infancia y adolescencia en Ginebra, donde su madre, la infanta Cristina, decidió establecerse tras la separación de Iñaki Urdangarin. Allí estudió en el prestigioso colegio Ecolint, el mismo al que asistieron sus hermanos. Posteriormente, el joven se mudó a Reino Unido para perseguir su sueño de convertirse en biólogo marino, obteniendo una licenciatura en Ciencias de la Naturaleza.
Tras finalizar sus estudios universitarios, Miguel regresó a Suiza, no solo para estar más cerca de su madre, sino también para explorar otra de sus grandes pasiones: el esquí. Durante su estadía en Europa Central, el nieto de Juan Carlos I comenzó un curso de instructor de esquí, una disciplina que practica desde niño. Sin embargo, un accidente en su rodilla derecha lo obligó a pausar su formación y a replantear su futuro.
El accidente que marcó un antes y un después en la vida de Miguel Urdangarin
El incidente que sufrió mientras tomaba clases de esquí cambió el rumbo de los planes de Miguel. Tras ser operado, los médicos le informaron que necesitaría al menos seis meses de rehabilitación antes de poder retomar su vida normal. Este contratiempo, lejos de desanimarlo, lo motivó a dar un giro y ampliar sus conocimientos en el ámbito de las ciencias naturales.
Madrid se presentó como la opción ideal para esta nueva etapa. Con múltiples instituciones académicas de renombre y oportunidades profesionales, la capital española ofrece un escenario propicio para que Miguel continúe su formación.
Pese a ser miembro de una de las familias más visibles de España, Miguel Urdangarin mantiene un perfil bajo. Al igual que sus hermanos, evita exponerse al ojo público y prioriza su privacidad. No obstante, su conexión con la Casa Real hace que cada uno de sus movimientos genere interés mediático.
El hijo de la infanta Cristina se perfila como un ejemplo de cómo equilibrar la responsabilidad de pertenecer a una familia tan mediática con el deseo de construir un camino propio.
VO