“Cuando escribía la obra apareció algo. Los personajes no excedían la oración al hablar, entonces lo quise replicar en las 45 paginas del texto. Hay algo de esa métrica o musicalidad que es fundamental , potencia el enredo, el humor y el malentendido, dice Leandro Airaldo sobre su obra “Enamorarse es hablar corto y enredado”, que salta del off a Calle Corrientes.
Después de ocho temporadas en el teatro alternativo, con más de 300 funciones y más de 40 mil espectadores, la obra se estrena en el Metropolitan, desde el viernes 10 de enero. Protagonizada por Emiliano Díaz y Sol Rodríguez Seoane, fue ganadora de múltiples premios entre ellos el Trinidad Guevara, Argentores y otros. Conversamos con Airaldo.
P.: ¿En qué te inspiraste para escribirla, cuál fue el puntapie?
L.A.: Una imagen , la presencia de un personaje en el banco de una plaza, Pedro, con su mate en mano, hombre de campo, y una chica de ciudad. A eso se sumó el vuelo de una mariposa, ambos seguían ese vuelo. En general me siento bien cuando parto de algunas imágenes disparadoras, azarosas, ingrávidas, eso me permite jugar. El no partir de una idea preconcebida, da libertad de juego. Mientras avanzo en esa zona empiezo a buscarle un sentido. Con cinco páginas releo el material y le busco la historia. En esta obra, de ser dos desconocidos pasan a conocerse como si lo hicieran de toda la vida.
P.: Después de tantos años en el off la obra la descubre el Met, ¿cómo fue ese recorrido?
L.A.: Estrenamos en Nun, luego El Camarín de las Musas y llegaron las temporadas ininterrumpidas salvo por la pandemia. Diez años de trabajo grupal en los que el público acompañó por la calidad interpretativa de los protagonistas, la particularidad y esencia del texto , pero también la puesta. Es una obra que se sostuvo por el trabajo en equipo, la cabeza de producción y como se despliega en el resto. Queremos mucho la obra y en tanto tiempo sentimos un amor que se logra transmitir a público. Hay algo de lo que la obra provoca que hace que el material se sostenga y genere el boca en boca. Ese es el bien para el teatro, independientemente de la prensa, las redes, lo que genera el movimiento es ese boca en boca del público. El teatro no es una sola cosa, son muchas las que intervienen para iluminar la obra, también la escenografía , iluminación, vestuario, técnico de sala. El teatro es un arte complejo porque intervienen muchas personas, entonces cuando entra en una suerte de comunión, podemos hablar de un milagro.
P.: ¿Qué temas aborda la historia y cómo crece el conflicto?
L.A.: Es una comedia romántica atravesada por lo que atraviesa la comedia nueva en Plauto, donde hay dos grandes tópicos, el amor y el dinero. En esta es el amor y una de las caras del amor que es el encantamiento. La acción que teje la historia es esa relación que construyen, ni bien se conocen los personajes y se empiezan a sentir atraídos. En la medida que empiezan a atraerse a su vez empiezan a tener más dificultades para expresar ese encantamiento. La obra está tensa en ese enredo. Apareció algo: los personajes no excedían la oración al hablar entonces lo quise replicar en las 45 paginas del texto. Hay algo que de esa métrica o musicalidad que es fundamental , potencia el enredo, el humor, el malentendido, el quid pro quo, entender una cosa por otra. Hay complicaciones desde el gag, el gesto, la comedia verbal, para acercarse.
P.: ¿Qué adaptaciones hacen para llevarla a una sala más grande?
L.A.: Pasamos de 60 localidades a 600 pero el Metrpolitan fue siempre enfático en respetar esencia del material, no hacer cambios en escenografía ni puesta, así que se mantiene igual. Al momento de trabajar ahí veremos en relación a la proyección, luces, espacio, habrá retoques y modificaciones que potencien el material. La obra la hacemos hace diez años pero la llevamos a salas más grandes como el Coliseo Podesta , o la sala Argentina del CCK o el Cultural San Martín donde hicimos funciones y siempre hay algo de ese humor que se potencia en salas más grandes.
P.: ¿Cómo ves el teatro y la cultura?
L.A.: Es un momento complejo para esas áreas pero en general para la vida misma, no es sencillo, hay recortes pero hay algo de nuestra actividad teatral, somos hacedores que no estamos acostumbrados pero sí relacionados a producir desde lugares incómodos e insuficientes a nivel recursos. Trabajamos sobre el conflicto y hay allí reacción de la actividad. Es importante el hacer colectivo, unirse, acompañarse, ayudarse, en el teatro y la vida. Hay recortes económicos pero también el señalamiento de la cultura sin motivo desde un lugar de batalla cultural.