miércoles, 11 diciembre, 2024
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Un 2,4 sin fórmula nueva y un curioso IPC «self service»

En medio de tensiones internas y dudas del mercado sobre las demoras en la aplicación de la nueva fórmula del IPC, el INDEC dio conocer una inflación de noviembre que mostró un alza de 2,4, 0,3 por ciento por debajo del mes previo, confirmando una tendencia a la desacaleración de los precios. Lo que más pesó, una vez más, fueron tarifas, y hubo una suba de Alimentos por abajo del 1 por ciento. 

El número general es el más bajo desde julio del 2020 pero, en paralelo, expone las deficiencias de representatividad que tiene la fórmula actual: como la Casa Rosada está demorando la presentación del nuevo IPC que debería regir desde enero -que como adelantó Página I12 está listo desde octubre, aprobado por el FMI, y computa con mayor fidelidad el impacto de tarifas en los costos familiares- el organismo que conduce Marco Lavagna dio a conocer una «calculadora» para que cada familia puede medir sus gastos y costos en line, en base a sus consumos. 

La herramienta, que no es una novedad (CABA y otras provincias la usan), sí genera observaciones porque aparece justo cuando desde Hacienda hay tensiones con el INDEC por las demoras en la publicación del nuevo IPC, que Lavagna quiere dar a conocer hace tiempo y el gobierno de Javier Milei no quiere alterar. Con ponderadores actualizados y una fórmula actualizada en base a la Encuesta de Hogares del 2018, el IPC CABA dio una inflación de 3,2 en noviembre, casi con las mismas subas que el INDEC nacional. En paralelo, el 2,4 dio aún más bajo que el consenso de las consultoras privadas, que estaba entre 2,7 y 3. 

Para entender qué se discute, es importante saber por qué, si la tendencia inflacionaria es a la baja, el Gobierno se niega a medir correctamente: la respuesta es que tarifas impactaría más, sin cambiar radicalmente las mediciones, pero sí con varias décimas por encima de las mediciones actuales, lo cual para el Gobierno es negativo a la hora de tomar otras determinaciones de política económica, una de ellas, bajar el ritmo de crawling peg. Este diario consultó en repetidas ocasiones a los encargados de comunicación del INDEC y a altos directivos para saber por qué se demora el nuevo IPC y cómo se explica, hoy, el surgimiento de esta calculadora de costos familiares, pero no recibió siquiera contestaciones de parte de la institución encargada de las mediciones. 

Los números del mes

Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la variación interanual de la inflación se ubicó en noviembre en 166%, siendo el séptimo mes consecutivo de desaceleración en comparación interanual. En tanto que el acumulado del año fue de 112%. Por medio de un comunicado, el Ministerio de Economía destacó en un comunicado «la dinámica del proceso de desinflación» y observó que «la media móvil de tres meses fue de 2,9% mensual, el menor registro desde septiembre 2020, en tanto en seis meses fue de 3,6% mensual, el ritmo más bajo desde enero de 2022».

Por categorías, siete divisiones se ubicaron por sobre el IPC general, entre los que se encuentran: educación (+5,1%), vivienda, agua y electricidad (+4,5%), bebidas alcoholicas y tabaco (+4%), restaurantes y hoteles (+3,6%), transporte (+3,4%), y recreación y cultura (+3%) y salud (+2,9%).

En la otra esquina, las menores alzas se dieron en equipamiento y mantenimiento del hogar (+1,5%) y alimentos y bebidas (+0,9%). A nivel de las categorías, regulados (+3,5%) lideró el incremento, seguidos por IPC núcleo (+2,7%), mientras que estacionales disminuyó 1,2%. Lo curioso, en Alimentos, es que para el INDEC el rubro carnes subió sólo entre 1 y 2 por ciento, cuando en los mostradores el alza fue superior al 12 por ciento. 

Qué habían dicho las consultoras

El número de noviembre fue menor a lo esperado por consultoras privadas, que esperaban que la medición fuera inferior al 3%. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que elabora el Banco Central en base a las estimaciones privadas, calculó que la inflación de noviembre alcanzaría el 2,9%.

A modo de anticipo, la inflación de la Ciudad de Buenos Aires en el undécimo mes del año alcanzó el 3,2%, igualando la medición de octubre, por lo que se frenó el proceso de desinflación. En lo que va del año acumula un aumento de 129,1%, mientras que la variación interanual es de 177,4%, notoriamente menor a la del mes previo que fue 200,9%.

El reporte de Equilibra esperaba que la inflación mensual se mantuviera en 2,7%, registrando los principales aumentos en los rubros bebidas alcohólicas y vivienda, agua, electricidad y otros combustibles. La consultora Analytica también proyectaba una inflación del 2,7% para noviembre, con subas en los precios del gas, luz, agua y nafta, y en productos con estacionalidad como frutas, verduras, hotelería, educación e indumentaria.

EcoGo Consultores, por su parte, estimaba que la inflación del mes pasado alcanzaría el 2,9%, con una variación promedio en alimentos y bebidas de 2,8%.
En coincidencia, la Fundación Libertad y Progreso proyectaba quela inflación de noviembre estaría en 2,9%

La calculadora, una cortina de humo

«Buenas tardes, enviamos el enlace de una nueva herramienta interactiva para que cada usuario pueda calcular cuánto aumentaron los bienes y servicios que consume con base en los precios relevados por el Instituto». El mensaje, una rareza, llegó al Whatsapp de prensa del INDEC. Esta calculadora fue casi una reacción al silencio que el organismo mantiene, por presiones oficiales, sobre la nueva metodología de inflación, que graficaría mejor los consumos familiares. La pregunta, que este medio reiteró al organismo, es por qué existe una calculadora en lugar de aplicar la nueva fórmula sobre los índices oficiales, cuando además los plazos para actualizar ya están vencidos. El propio Lavagna prometió darlo a conocer en noviembre. 

En este escenario, el organismo se centró en la calculadora y explicó que «las canastas de los hogares varían, entre otros factores, por el diferente nivel de ingresos del hogar. Por ejemplo, los hogares de ingresos bajos gastan más en alimentos que en servicios, a diferencia de los hogares de ingresos altos. Otro ejemplo: hogares de ingresos más bajos gastan una proporción mucho mayor de su canasta en alimentos para consumir dentro del hogar, mientras que los hogares de ingresos más altos tienden a gastar una proporción mayor que otros grupos en restaurantes». 

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