miércoles, 4 diciembre, 2024
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Villancicos de Navidad: la historia detrás de las canciones que encienden el espíritu festivo

A medida que avanza diciembre, los villancicos ganan protagonismo. (Composición Infobae: Difusión / iStock)

En las primeras semanas de diciembre, una canción particular se escucha con frecuencia en distintos rincones del Perú. Al recorrer las galerías de un mercado, pasar por los colegios o encender la radio, los oídos de muchas personas detectarán una melodía familiar que representa el espíritu navideño.

Se trata del villancico, una canción que se distingue por sus letras alegres y religiosas. Tras escucharlo, es probable que el estribillo quede grabado en la mente de las personas, gracias a su melodía pegajosa y sus letras fáciles de recordar.

A medida que avanza diciembre, los villancicos ganan protagonismo, convirtiéndose en la música de fondo de diversas actividades, como las chocolatadas organizadas en los distritos periféricos de Lima o los agasajos a los hijos de los trabajadores de distintas empresas. Dada su importancia en las celebraciones navideñas, resulta pertinente conocer su historia.

En los primeros días de diciembre ya se siente el espíritu navideño. (Difusión)

Antes de narrar la historia del villancico, es importante analizar la palabra, ya que encierra algunas claves que nos ofrecen pistas sobre su origen. El término “villancico” proviene de “villano”, que en sus inicios significaba “de la villa” o “del campo”. Este análisis nos permite entender que las personas de condición humilde eran quienes lo cantaban, pero no de la manera en que lo conocemos hoy, con instrumentación.

En la Edad Media, las villas eran pequeños asentamientos rurales ubicados en las periferias de las ciudades o en áreas campestres, y en ellas habitaban principalmente campesinos, conocidos también como villanos. Estos habitantes, que constituían la mayoría de la población medieval, se dedicaban principalmente a la agricultura, la ganadería y otras actividades relacionadas con la producción de alimentos.

Pero, ¿cuál era el contenido de las canciones que cantaban los villanos? Muchos podrían suponer que se centraban en el nacimiento de Jesús, la paz, la solidaridad, la esperanza y el amor familiar, temas comunes en la música actual. Sin embargo, esta respuesta no es del todo correcta.

Sobre este tema, la investigadora Karent Urízar González escribió un artículo publicado en un blog de la Universidad de Piura, con el objetivo de dar a conocer los tópicos que los villanos abordaban en sus canciones profanas con estribillo. “Estas se cantaban en fiestas populares de temas diversos: situaciones amorosas, noticias locales, burlas, etc. Aparecen en la segunda mitad del siglo XV, durante el Renacimiento, como una evolución de formas musicales populares mucho más antiguas”, escribió.

Las personas de la imagen están en el contexto histórico conocido como la Edad Media. (drakkarhistoria.com)

Durante la Edad Media y el Renacimiento, estas canciones populares se difundieron en España y Portugal, reflejando la vida cotidiana en el campo. En sus primeras versiones, no siempre se utilizaban instrumentos, y su interpretación era sencilla y colectiva.

Con el paso del tiempo, su impacto creció tanto que la Iglesia las adoptó para transmitir mensajes religiosos. Aunque originalmente los villancicos eran profanos, al integrarse en las celebraciones navideñas, especialmente en la liturgia, empezaron a centrarse en temas cristianos, como el nacimiento de Jesús.

National Geographic publicó un artículo titulado “El origen de los villancicos, las canciones típicas de la Navidad”, en el que cuenta cómo la Iglesia adoptó y transformó estos cantos populares. “Iriso cuenta en su libro que la iglesia vio en el villancico una fórmula perfecta para difundir y propagar su mensaje. Además de componer algunos villancicos inspirados en la figura de Jesucristo o de la Virgen, se extendió también el recurso de sustituir la letra profana por una sagrada con la indicación de ‘cántese al son de’ o ‘al tono de’, seguido del título de algún famoso villancico de la época”, se lee.

Es preciso señalar que Silvia Iriso es una filóloga que escribió el libro “El gran libro de los villancicos”. En la sinopsis del material impreso se lee lo siguiente: “El éxito de estos cantares hubo de ser enorme. Hasta el punto de atraer la atención de la Iglesia: catedrales, iglesias, monasterios… todos comenzaron a encargar villancicos con que animar sus celebraciones más populares, sobre todo la de la noche de Navidad”.

Así luce una iglesia de España. (tapasengranada.es)

A lo largo de los siglos XVII y XVIII, los villancicos evolucionaron, alcanzando un alto grado de sofisticación musical. La incorporación de coros, solistas e incluso elementos escénicos convirtió algunos en auténticas piezas teatrales, alejándose de su sencillez original.

Esta transformación les otorgó una complejidad que los distinguió de sus versiones más simples y rurales, adaptándose a los gustos refinados de la época y a las celebraciones litúrgicas.

Sin embargo, el carácter teatral y festivo de los villancicos generó controversia entre ciertos sectores de la Iglesia. Los religiosos más conservadores comenzaron a rechazarlos, argumentando que las representaciones distraían a los fieles de la verdadera devoción.

A pesar de estas críticas, los villancicos continuaron interpretándose en Europa y rápidamente se difundieron a otros continentes, consolidándose como una tradición navideña.

Los villancicos han evolucionado a lo largo del tiempo. (www.worldhistory.org/trans/es)

En el siglo XVIII, los villancicos fueron influenciados por la música vocal italiana, que dominaba el panorama europeo. Esta influencia alteró su estructura tradicional, incorporando nuevas secciones musicales.

Como resultado, adoptaron una forma similar a la de las óperas italianas, con una sucesión de recitativos y arias. Las arias da capo, en particular, seguían un esquema en el que la primera sección se repetía tras una parte intermedia, permitiendo a los intérpretes añadir ornamentaciones y expresar mayor emotividad.

Esta evolución les otorgó una complejidad musical acorde con las tendencias barrocas, dándoles una nueva identidad dentro del contexto de la música de esa época.

Partitura del villancico «Noche de paz». (Ciberoteca)

Los villancicos son una de las tradiciones musicales más queridas de la Navidad, tanto en Europa como en América, y en cada continente han logrado conectar a generaciones con el espíritu festivo de estas celebraciones.

En Europa, uno de los villancicos más emblemáticos es Noche de paz, compuesto en Austria en 1818 bajo el título original Stille Nacht, heilige Nacht. Creado por Franz Xaver Gruber con letra de Joseph Mohr, esta melodía suave y contemplativa ha trascendido fronteras, convirtiéndose en un himno universal que evoca la serenidad y la paz propias de la Navidad.

En España y América Latina, el repertorio se enriquece con villancicos que fusionan lo religioso con lo popular. Campana sobre campana, originario de España, se ha consolidado como un clásico tanto en la Península Ibérica como en los países latinoamericanos, transmitiendo el espíritu navideño a través de generaciones.

En Perú, uno de los villancicos más populares es Los peces en el río, que refleja el fervor religioso y la devoción hacia la Virgen María, mientras narra cómo los peces nadan en el río, simbolizando el agua como fuente de vida. Su melodía sencilla y pegajosa lo convierte en uno de los favoritos, tanto para niños como para adultos.

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