En las páginas del influyente semanario británico The Economist, Javier Milei escribió una columna destinada a consolidar su narrativa de gobierno. En el artículo, trazó un diagnóstico minucioso de la crisis económica que heredó y detalló las medidas que, según él, encaminan al país hacia una recuperación sostenible. El eje de su mensaje fue claro: la libertad económica como brújula.
Milei inició su repaso con una evocación histórica. Vinculó los niveles de exceso de liquidez monetaria al trauma del «Rodrigazo», mientras subrayaba la caída sostenida del PBI durante los últimos 15 años. En su visión, Argentina estaba al borde del colapso y requería una intervención quirúrgica inmediata. «La única solución fue actuar con rapidez y decisión», aseguró, y reivindicó su primer gran movimiento: recortar el gasto público en un 30% en términos reales, alcanzando el equilibrio fiscal en el primer mes de su gestión.
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También describió con precisión los logros que atribuye a su administración: una devaluación combinada con mayores impuestos a las importaciones que redujo la prima del mercado negro de más del 100% a un 25%. El riesgo país, indicó el Presidente, cayó un 40%, mientras la inflación mensual de precios mayoristas, que había alcanzado un alarmante 54% en diciembre de 2023, descendió al 2%. En su discurso, el ajuste no es solo un acto de contención, sino el preludio de una transformación estructural.
En otro tramo, destacó que «nuestra política principal es la búsqueda de un presupuesto equilibrado». Según explicó, esta solvencia fiscal allanará el camino para eliminar las primas de riesgo, facilitar el ahorro, aumentar la productividad y, eventualmente, mejorar los salarios reales. «Hemos detenido la compra de reservas, eliminando una de las últimas fuentes de emisión monetaria», agregó, con un tono que sugería satisfacción por el control conquistado.
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El pronóstico de Javier Milei sobre el futuro de Argentina
Milei también esbozó una mirada hacia el futuro inmediato. Anticipó un crecimiento económico basado tanto en factores cíclicos como estructurales. Argumentó que, tras una caída pronunciada, los salarios y las pensiones del sector privado muestran signos de recuperación, alimentando la demanda y optimizando la capacidad productiva. Paralelamente, aludió a un programa de reformas que incluye la eliminación de las leyes de control de alquileres y una reducción de las primas de riesgo país. Estos cambios, según él, son el motor de una dinámica virtuosa de ahorro e inversión.
El artículo cerró con una previsión para 2025, tan ambiciosa como provocadora. «Lo que nos espera es más de lo que ya hemos hecho: equilibrio fiscal estricto, sin crecimiento monetario y desregulación. Argentina ha sufrido una sobredosis de déficit, emisión de dinero y regulaciones inútiles. Todo eso tiene que desaparecer», sentenció. En esta afirmación, se encapsula su programa de gobierno: un modelo de austeridad estricta que apunta a reducir el Estado a su mínima expresión.
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El final del texto, Milei dejó entrever un toque de épica, sin abandonar el cálculo frío. «Si logramos nuestros objetivos, muchos lo llamarán un ‘milagro’. Pero no lo es. Es simplemente el resultado de la prudencia macroeconómica y la adhesión a los principios de libertad económica», concluyó Milei.
NG / Gi