WASHINGTON.- Robert F. Kennedy Jr., quien el presidente electo Donald Trump insinuó que ocuparía un “gran papel” en su segundo gobierno, no perdió tiempo en dar a conocer las posibles medidas de salud pública que supervisaría si tuviera la oportunidad.
Kennedy, un abogado ambientalista que no tiene títulos médicos o de salud pública y ha promovido conspiraciones antivacunas durante años, dijo a NBC News el miércoles que no iba a “quitar las vacunas a nadie”, pero que quería que los estadounidenses contaran con la “mejor información” disponible para que “puedan hacer evaluaciones individuales sobre si ese producto va a ser bueno para ellos”.
“La gente debería poder elegir”, dijo, añadiendo que él “nunca” ha sido antivacunas.
Kennedy –sobrino del expresidente John F. Kennedy e hijo del exfiscal general Robert Kennedy– ha sido un destacado crítico del plan de vacunación infantil, y con frecuencia ha relacionado algunas vacunas con el autismo y otros problemas de salud. Las investigaciones llevan mucho tiempo demostrando que no existe tal relación.
En cuanto a la adición de flúor al agua potable, que ayuda a proteger los dientes, Kennedy dijo que el mineral estaba “disminuyendo el coeficiente intelectual de nuestros niños”, a pesar de décadas de estudios que demuestran su eficacia y seguridad.
“Creo que el flúor está en vías de desaparición”, dijo. “Creo que cuanto antes se elimine, mejor. No voy a obligar a nadie a retirarlo, pero voy a asesorar a los distritos de agua sobre su responsabilidad legal”.
El tratamiento del agua pública con pequeñas cantidades de flúor ha sido ampliamente aclamado como una de las intervenciones de salud pública más importantes del siglo pasado; la Asociación Dental Estadounidense ha dicho que reduce la caries dental al menos en un 25 por ciento.
Kennedy también dijo que si se le diera un puesto en el gobierno de Trump, se centraría en eliminar la corrupción en agencias de salud pública como la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés).
Algunos departamentos, incluidos aquellos centrados en la nutrición, “tienen que desaparecer”, dijo a la NBC. “No están protegiendo a nuestros hijos”.
“Una vez que los estadounidenses reciban buena información científica y se les permita tomar sus propias decisiones, van a ser mucho más saludables”, agregó.
Como presidente, Trump tendría solo una autoridad limitada para hacer algunos de estos cambios, y algunos requerirían de la aprobación del Congreso. Sin embargo, en campaña, Trump dijo que dejaría que Kennedy “haga lo que quiera con la salud”.
“Quiero estar en la Casa Blanca, y él me ha asegurado que tendré eso”, dijo Kennedy esta semana.
Por Remy Tumin
The New York Times
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