El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) presentó el proyecto del tren Lima-Ica, una iniciativa de 6.500 millones de dólares que busca conectar ambas ciudades mediante un ferrocarril mixto para pasajeros y carga. La propuesta fue expuesta ante 14 embajadas, entre ellas las de Austria, Canadá, Corea del Sur, Alemania y Estados Unidos, para invitar a la colaboración internacional.
Según el ministro Raúl Pérez Reyes, esta obra se ejecutará bajo un modelo de Gobierno a Gobierno (G2G), una modalidad que garantiza calidad y celeridad en su implementación. La fase de preinversión ya ha sido completada y validada por el Ministerio de Economía y Finanzas, lo que representa un avance importante para dar inicio a las licitaciones y asegurar que el proyecto cumpla con los estándares internacionales.
Varios países presentes en la presentación expresaron interés en apoyar el desarrollo de esta infraestructura, que además de mejorar la conectividad entre Lima e Ica, tendrá un impacto positivo en el desarrollo económico de la región.
A continuación, presentamos diez claves para comprender el alcance y los detalles de este proyecto.
El proyecto del ferrocarril Lima-Ica tiene como principal propósito establecer una conexión directa y eficiente entre la capital peruana y una de las ciudades clave del sur del país. Al ofrecer servicios tanto de transporte de pasajeros y carga, se espera que esta obra resuelva problemas de movilidad en la zona y facilite el movimiento de mercancías, beneficiando a sectores económicos estratégicos y a los habitantes de las regiones involucradas.
Con un costo aproximado de 6.500 millones de dólares, el proyecto requerirá una inversión significativa. La modalidad elegida para su desarrollo, Gobierno a Gobierno (G2G), permite que el financiamiento y la gestión de la obra se realicen mediante acuerdos bilaterales, con lo cual se espera asegurar altos estándares de calidad y cumplir con los plazos establecidos. Este modelo de colaboración es habitual en grandes infraestructuras y busca reducir posibles riesgos en términos de ejecución.
El ferrocarril Lima-Ica ya ha pasado la fase de preinversión, lo cual implica que sus estudios de viabilidad, diseño y planificación han sido completados. El proyecto ha sido aprobado por el Banco de Inversiones del Ministerio de Economía y Finanzas, lo que constituye un paso esencial antes de iniciar la fase de licitación y construcción.
La presentación ante 14 embajadas internacionales pone de manifiesto el interés de Perú en buscar socios estratégicos para el proyecto. Embajadas de países con experiencia en infraestructura ferroviaria, como Alemania, Japón y Corea del Sur, asistieron a la exposición y expresaron su disposición para aportar sus conocimientos técnicos y colaborar en la ejecución de la obra.
La construcción del tren Lima-Ica impactará positivamente a una gran cantidad de personas. Se estima que beneficiará directamente a 5,8 millones de habitantes en la región y, de manera indirecta, a otros 6,5 millones. La obra mejorará la accesibilidad entre ambas ciudades, promoviendo una movilidad más rápida y segura para los ciudadanos.
La ruta propuesta abarcará un total de 280 kilómetros, comenzando en Villa El Salvador, en Lima, y llegando a la provincia de Ica. A lo largo del trayecto, el tren contará con 15 estaciones ubicadas en Villa El Salvador, Lurín, Chilca, Punta Negra, Asia, Mala, Cerro Azul, Cañete, Chincha Alta, Chincha Baja, Guadalupe, Pisco, Aeropuerto de Pisco, Paracas e Ica.
El diseño del ferrocarril contempla una compleja infraestructura que incluye 47 kilómetros de puentes y viaductos, así como 32 kilómetros de túneles, lo que permitirá superar desafíos geográficos y garantizar una conexión segura y eficiente. Esta infraestructura facilitará el transporte de pasajeros y carga a través de una ruta adaptada a las condiciones del terreno.
La tracción del tren será eléctrica, lo que responde a una apuesta por el transporte sostenible en la región. Además, los trenes de pasajeros alcanzarán velocidades de hasta 200 km/h, mientras que los de carga podrán desplazarse a 100 km/h. Este enfoque reducirá significativamente las emisiones contaminantes en comparación con otros medios de transporte masivo.
Uno de los beneficios más destacados del ferrocarril Lima-Ica es la reducción en el tiempo de traslado entre ambas ciudades, que pasará de aproximadamente cinco horas a solo 2,5 horas. Esto representa una mejora significativa en la calidad de vida de los usuarios y una ventaja para los sectores productivos que dependen de una logística rápida.
Con esta obra, Perú busca posicionarse a la vanguardia de la infraestructura ferroviaria en América Latina, siguiendo modelos de transporte interurbano modernos y sostenibles. Se espera que el tren Lima-Ica impulse el desarrollo socioeconómico de la región, generando empleo y atrayendo nuevas inversiones, al mismo tiempo que fortalece la competitividad del país en el ámbito de la infraestructura de transporte.