De manera oficial lo llaman «Plan de austeridad» y la oposición lo tilda de «ajuste», pero con el léxico que instaló el presidente Javier Milei podría rotularse como «no hay plata«. El gobierno de San Luis, que a fines de 2023 tuvo que salir a pagar salarios en cuotas, ahora saca a la venta una de sus más preciadas joyas: el ex Palacio Lagomarsino, un edificio centenario de Recoleta donde desde 1985 funciona la «Casa» de la provincia. Está tasado en 3 millones de dólares. Con la recaudación esperan hacer una obra pública en Villa Mercedes.
Ícono de la arquitectura Art Nouveau, en el 1083/1087 de Azcuénaga, entre la coqueta Avenida Santa Fe y Marcelo Torcuato de Alvear -pleno barrio porteño de Recoleta-, está el Palacio construido en 1920 por el arquitecto milanés Virginio Colombo.
En esa década, el italiano Carlos Lagomarsino, fundador de la la tradicional tienda «Sombreros Lagomarsino», compró el terreno y mandó a construir el edificio. Después de pasar por varias manos, en 1984 fue adquirido por el exgobernador Adolfo Rodríguez Saá para que funcione la «Casa de San Luis» en Buenos Aires.
Un viejo dirigente peronista puntano, que participó del gobierno de Rodríguez Saá, desempolvó el recuerdo de mediados de la década del ’80 ante la consulta de Clarín. Detalló que en ese momento la provincia desembolsó 340.000 dólares para comprar el Palacio que ahora tendrá el cartel de venta.
A lo largo de los últimos 40 años, en especial durante la gobernación de Alberto Rodríguez Saá, la casona ofició como unidad básica y hasta búnker de la preinterna del peronismo disidente de cara a la campaña presidencial de 2011, año en el que debutaron las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).
El Palacio también mutó a estudio de televisión. Bajo esos techos altos tuvo lugar una recordada conferencia de prensa conjunta entre Alberto Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde en abril de 2011. Entraron a los empujones para dar los resultados del primer round de las preinternas regionales del Peronismo Federal, en la Ciudad, una competencia en la que el expresidente y exgobernador bonaerense se impuso por poco. La propuesta se desarmó pocas semanas después y ambos llegaron a las elecciones generales por caminos separados.
En septiembre de ese año, la Casa de San Luis se sacó su traje de búnker presidencial porque Alberto Rodríguez Saá compró otro palacio en Buenos Aires. Ya no con el patrimonio provincial sino con el personal, «El Alberto» mostró a la revista ¡Hola! el Palacio «El Victorial», en San Telmo, que compartía con la exmodelo Delfina Frers. Pero esa es otra historia.
Hoy, ante la consulta de Clarín, desde la provincia aseguran que entre los gastos más importantes de la Casa de San Luis están los impuestos. Calculan un costo de unos $4 millones por mes en el mantenimiento.
Hace pocos meses, en su discurso de apertura de sesiones ordinarias de la Legislatura, el gobernador Claudio Poggi (Juntos por el Cambio) anunció que avanzaría con la puesta en venta y habló casi como un agente inmobiliario.
«Tiene una superficie de 1443 metros cuadrados, cuatro pisos, con ascensor, dos baños por piso, salones de diferentes magnitudes y varias oficinas privadas. Es una gran casona que cumplió su rol de importancia durante muchos años», repasó Poggi. Podría haber agregado que el edificio de estilo «petit hotel» ostenta mármoles, vitrales y revestimientos en antiguas maderas.
Lejos de ser sólo una promesa, esta semana la Cámara de Diputados de la Legislatura puntana le dio media sanción al proyecto para su puesta en venta. Con aliados, el oficialismo reunió 24 votos a favor, mientras que hubo 17 en contra, provenientes de la oposición peronista que responde a Alberto Rodríguez Saá. Ahora confían en que el Senado provincial convertirá en ley la iniciativa.
«Hoy ya no es necesaria esa magnitud de tamaño de inmueble y los gastos de mantenimiento que demanda. En el marco del programa de austeridad lo vamos a poner en venta pública y vamos a reubicar la Casa de San Luis en Buenos Aires«, se explayó Poggi.
¿Cuál será el destino de los fondos? La Provincia ya decidió que financiará una obra pública: la reconstrucción del policlínico general Juan Domingo Perón de Villa Mercedes. En la provincia afirman que esa edificación está destruida en más del 60%.
«Deberemos hacer una inversión millonaria para volver a ponerlo en valor y funcionamiento. Para encontrar el financiamiento vamos a poner en venta, licitación o subasta pública el inmueble donde funciona la Casa de San Luis en Buenos Aires», remarcó el gobernador hace unos meses sobre el ícono Art Nouveau, como llamaban al modernismo en Francia.
Según los números provinciales, la obra de refacción del hospital de Villa Mercedes está dividida en cuatro etapas. Los arreglos en los quirófanos y la unidad de terapia intensiva requieren $1.891.893.744,83; y el servicio de cirugía, clínica médica y el área de endoscopía $1.253.450.347,26. Las otras dos etapas aún están en evaluación.
Desde la gobernación pretenden alquilar alguna oficina en Buenos Aires para mudar la Casa de San Luis, con la idea de atraer inversiones para la Provincia y promoción turística. «Va a seguir estando en otro lugar que sea más funcional, económico, austero, más operativo. El personal que trabaja no tendrá ninguna afectación en cuanto a su estabilidad laboral», garantizó Poggi en la Legislatura.
«Las casas de provincias en Buenos Aires, casi todas tienen, han quedado como oficinas institucionales, operativas, funcionales. Nuestra casa quedó como una casona muy grande y muy costosa en mantenimiento. La nueva apuntará más a disponer de oficinas institucionales que a una casa o casona como la que hoy existe», enfatizó Poggi, que cuando fue gobernador entre 2011 y 2015 -en ese momento con apoyo de los Rodríguez Saá- también había querido vender el inmueble.
Los dirigentes que responden a Alberto Rodríguez Saá se manifestaron en contra de la medida. Cerca del exgobernador, expresidente y exsenador Adolfo Rodríguez Saá también aseguran no estar de acuerdo con la iniciativa de Poggi.
De Palacio a consultorio médico y servicio de inteligencia
En septiembre de 2019, cuando se organizó la primera edición de «La Noche del Art Nouveau» en Buenos Aires, el Palacio Lagomarsino abrió sus puertas atendido por la Casa de San Luis.
«Cuando Carlos Lagomarsino, inmigrante italiano dedicado a la industria textil, compró el terreno de la actual calle Azcuénaga al 1083/87, pidió a Colombo la creación de una casa con intenciones palaciegas que pusiera de manifiesto su rango social nuevo», explicó en ese momento Willy Pastrana, presidente de Asociación Art Nouveau de Buenos Aires (AANBA) a Clarín.
La familia vivió allí sólo cuatro años y, cuando Carlos Lagomarsino murió, lo vendieron. Después se convirtió en consultorio médico del doctor Riguera. Ya en la década de 1960, fue sede de la primera Escuela de Aviación y del servicio de inteligencia de la Aeronáutica, que funcionó hasta 1969.
En 1973 abrió allí una sucursal del Banco Interamericano Regional (BIR), de resonante y escandalosa quiebra en 1980. Con la crisis económica en 1982, el Palacio fue subastado y pasó a manos de una inmobiliaria que dos años más tarde se lo vendió al gobierno de San Luis. Y ahora, en cuestión de meses, por ahí se reescribe la historia con nuevos dueños.