Javier Milei esperaba llegar a la gira por Israel y a El Vaticano con el escenario político local más ordenado. Si bien en la noche del viernes pudo celebrar la aprobación en general de la ley ómnibus, el cuarto intermedio hasta el martes para el tratamiento artículo por artículo abre interrogantes y mantienen en vilo al Gobierno, mientras el Presidente se apresta a viajar este lunes rumbo a Jerusalén con el objetivo de reafirmar su apoyo en la guerra que libra con la agrupación terrorista Hamas.
Acaso por el frente interno tan complejo que debe afrontar su administración, el Presidente terminó de pulir en las últimas horas parte de lo que será su segunda gira desde que asumió. Recién este sábado, durante su paso por Mar del Plata, donde fue a saludar por su cumpleaños a su pareja Fátima Florez, cerró el detalle de lo que hará en Medio Oriente e Italia.
En un viaje que tendrá dos etapas, Milei arribará el martes pasadas las 16 (horario local) al aeropuerto David Ben Gurión, en Tel Aviv, y de ahí se dirigirá directo al Muro de los Lamentos (Muro Occidental). Luego, aunque desde Presidencia evitaron confirmar la agenda oficial, el encuentro con el primer ministro Benjamín Netanyahu se daría a última hora de esa misma tarde.
El miércoles, Milei tiene previsto visitar el Museo del Holocausto y el Bosque de las Naciones, donde los mandatarios que visitan Jerusalén suelen plantar un árbol, como gesto de los lazos de hermandad entre los países.
Esa noche, hay gestiones para que se concrete un encuentro con argentinos residentes en Israel, afectados por el brutal ataque terrorista concretado por Hamas el 7 de octubre pasado.
Como gesto de su apoyo a Israel, el jefe de Estado pidió visitar el Kibutz Nir Oz, una de las aldeas al sur de Israel arrasadas por los extremistas, donde vivían más de 400 personas. «Va a hacer lo que hizo durante la campaña: marcar que la Argentina apoya incondicionalmente la guerra contra el terrorismo», indicaron desde el entorno presidencial.
En vuelo comercial
Al igual que en su viaje al Foro de Davos, Milei descartó la posibilidad de usar el ARG-01, el avión presidencial que compró Alberto Fernández y optó por un vuelo comercial con el objetivo de reducir «más del 50 por ciento» del costo que demandará el traslado y la logística de la comitiva.
Con esa premisa, por motivos de seguridad, la Casa Rosada se ocupó de extremar los recaudos para evitar filtraciones de los horarios. Tanto que las compañías con las que podría llegar a viajar (al cierre de esta nota no estaba confirmada) se anticiparon y bloquearon sus lugares en primera clase para evitar intromisiones cerca del mandatario.
En un viaje que tendrá una breve escala -de conexión- en Roma, Milei viajará acompañado por su hermana, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; la canciller Diana Mondino, el cineasta Santiago Oría y personal de la Casa Militar. En un hecho inédito, no viajará personal del área de comunicación ni tampoco un fotógrafo oficial.
Más allá de la decisión de reducir al máximo la comitiva, esto ocurre en medio de las diferencias que trascendieron entre el secretario de Comunicación, Eduardo Serenellini, con el asesor todoterreno, Santiago Caputo, que en alianza con Karina Milei logró imponerse y vació de poder al ex periodista.
Finalmente, no formará parte de la comitiva el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, quien a pesar de que había sido confirmado por Presidencia, tras su viaje por Washington Milei le pidió que se quede en la Casa Rosada para mantener el foco en la gestión.
Tampoco será de la partida el ministro de Economía, Luis «Toto» Caputo, a pesar de que en Italia, y por invitación del Gobierno, se incorporará un nutrido grupo de empresarios argentinos que tendrán rondas de entrevistas en el marco de la Confederación General de la Industria Italiana.
En cambio, en el segundo tramo de la gira, a partir del viernes 9 de febrero, se sumarán en Roma dos ministros clave para Milei: Guillermo Francos (Interior) y Sandra Pettovello (Capital Humano), que lo secundarán en la audiencia que mantendrá con el Papa Francisco, el 12 de febrero. Antes del encuentro con el Sumo Pontífice, el jefe de Estado se reunirá con el presidente italiano Sergio Mattarella y la primera ministra, Giorgia Meloni, con quien intercambió elogios públicamente.